Lima, Perú – Abril 2025
Un grupo de científicos de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), en colaboración con la prestigiosa Cleveland Clinic de Estados Unidos, ha logrado un hito que podría redefinir el futuro del diagnóstico temprano del cáncer en América Latina. Se trata del “Chip de la esperanza”, un dispositivo médico de bajo costo diseñado para detectar células tumorales circulantes (CTC) en la sangre, que ya ha sido probado con éxito en pacientes peruanos.

A diferencia de las tradicionales tomografías, costosas y de difícil acceso en regiones rurales, este chip puede producir resultados altamente confiables por apenas 10 soles por prueba. La tecnología promete ser una herramienta clave para prevenir la metástasis, lo que podría salvar miles de vidas cada año.
Una revolución silenciosa en la lucha contra el cáncer
“El chip solo necesita una muestra mínima de sangre diluida, a la que se le agregan nanopartículas magnéticas que se unen a las células tumorales. Luego, mediante un campo magnético, estas son identificadas y cuantificadas con alta precisión”, explica el doctor Julio Valdivia, director del Centro de Investigación en Bioingeniería de UTEC y líder del proyecto.
La tecnología desarrollada permite detectar la presencia de células tumorales incluso antes de que el cáncer se manifieste clínicamente, posibilitando un monitoreo constante y personalizado de pacientes en tratamiento o en riesgo. Este avance representa una alternativa real a las tomografías, que pueden tardar meses en ser realizadas en el sistema público de salud.

Resultados prometedores y validación científica
Probado inicialmente en pacientes con cáncer de mama, el “Chip de la esperanza” ha mostrado una sensibilidad cercana al 100% y una especificidad entre el 90% y 93%. Estas cifras posicionan al dispositivo como una herramienta confiable incluso en manos de personal en formación médica, lo que facilitaría su uso en centros de salud rurales y comunidades alejadas.
Según Valdivia, el impacto potencial es inmenso: más de 70 mil peruanos son diagnosticados con cáncer cada año, y muchos de ellos enfrentan barreras económicas y geográficas para acceder a pruebas de detección temprana. Esta brecha podría reducirse significativamente con una solución como esta, portable, accesible y eficiente.
¿Qué falta para que el chip llegue a todos los peruanos?
Aunque los resultados iniciales son alentadores, aún quedan pasos críticos por superar:
1. Validación clínica y registro sanitario: El dispositivo necesita el respaldo oficial de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID), así como estudios clínicos ampliados para obtener el registro necesario.
2. Escalamiento de producción: Actualmente, UTEC puede fabricar entre 20 y 30 chips por día, una cifra insuficiente para una implementación a escala nacional. Se requiere apoyo industrial y financiamiento.
3. Apoyo estatal y financiamiento: La lentitud del proceso regulatorio en Perú ha sido señalada como un obstáculo importante. El equipo científico ya ha sostenido reuniones con autoridades sanitarias, pero urge una respuesta más ágil por parte del gobierno.

El futuro del diagnóstico está en juego
Desde la comunidad científica, se hace un llamado a sumar esfuerzos públicos y privados para acelerar la adopción del chip. “No podemos esperar más. Cada día cuenta cuando se trata del cáncer. Este dispositivo puede cambiar la historia de miles de familias en Perú”, afirma Valdivia.
El proyecto no solo posiciona a Perú en el mapa de la innovación médica, sino que abre una puerta a un modelo de salud más equitativo y preventivo. Si se logra su implementación a nivel nacional, el “Chip de la esperanza” podría convertirse en un ejemplo global de cómo la ciencia, la educación y la voluntad política pueden unirse para salvar vidas.