EFE-MADRID
El aplazamiento de los Juegos de Tokio 2020 a julio de 2021 y el largo paréntesis abierto en el calendario competitivo internacional debido al coronavirus dejó al deporte mundial huérfano de olimpismo en este verano de 2020, aunque ha habido un lento goteo de noticias, unas buenas y otras no tanto, que mitigaron la sensación de vacío.
La garantía de que Tokio dispondrá de todas sus sedes, pese al cambio de fecha, ocupa el polo positivo, mientras que en el negativo cabe mencionar la suspensión de los Juegos Olímpicos de la Juventud Dakar 2022 y la renuncia de Panamá a los Centroamericanos y Caribe de ese mismo año.
El Comité Organizador de Tokio lo anunció oficialmente durante la 136 Sesión que celebró el COI de forma telemática en julio: todas las sedes deportivas y no deportivas que iban a emplearse en los Juegos en 2020 seguirían estando disponibles en 2021.
La excelente noticia afectaba también a la Villa Olímpica, cuyos apartamentos debían haberse entregado a sus compradores tras los Juegos.
Esta garantía acabó con uno de los principales obstáculos derivados del aplazamiento de los Juegos. El Estadio Nacional, el Ariake Arena, el Foro Internacional, el Nippon Budokan y las demás sedes esperan a los mejores deportistas del mundo dentro de once meses.
¿Hacia una regla 50 más flexible?
LaCarta Olímpica, en su regla 50, prohíbe toda manifestación «de propaganda política, religiosa o racial»en cualquier sede olímpica.
El ejemplo más recordado de aplicación de la norma fue la expulsión de los estadounidenses John Carlos y Tommie Smith de los Juegos de México’68, por levantar el puño enfundado en un guante negro al recoger sus medallas, en apoyo al Black Power.
Pero, llevada la regla a su extremo, y en un intento de mantener los Juegos al margen de cualquier tipo de protesta, el COI llegó a prohibir durante los Juegos de Pekín 2008 que los atletas españoles lucieran un crespón como señal de luto tras la muerte de 153 personas en el accidente de un avión de Spanair en Madrid.
Tras las protestas antirracistas a las que se sumó este año de forma generalizada el mundo del deporte por la muerte de George Floyd a manos de un policía, muchas voces consideraron que realizar algún tipo de gesto contra el racismo era una manera de defender los valores olímpicos.
Comités olímpicos y asociaciones continentales han creado foros de debate a este respecto para trasladar sus opiniones al COI, que parece abierto a ajustar la norma: «Hemos abierto consultas con representantes de los atletas en todo el mundo», indicó Thomas Bach. «El marco está establecido. Tienen que debatirlo y luego haremos unas propuestas concretas».THOMAS BACH HASTA 2
Thomas Bach hasta 2025
El presidente del COI, a quien se le agota en 2021 su primer mandato de 8 años, anunció este verano su intención de optar al segundo y último plazo de 4 años que le permite la Carta Olímpica. No se espera candidato de oposición y su reelección será, probablemente, un mero trámite.
Quedará para la historia como el primer presidente del COI que tuvo que decidir el aplazamiento de unos Juegos Olímpícos por culpa de una pandemia de escala planetaria.
África se quedó sin juegos
Los Juegos de la Juventud del año 2022 en Dakar iban a ser la primera competición de carácter olímpico disputada en África. Pero este paso adelante tendrá que esperar hasta 2026. Ni los organizadores, con dificultades económicas y organizativas, ni el COI se atrevieron a encarar la recta final de los preparativos en plena ola de coronavirus.
La decisión se presentó como un aplazamiento, pero la deriva de las circunstancias determinará cuándo y cómo celebrará el continente africano su estreno olímpico.
La competición más antigua, en el aire
Los Juegos Centroamericanos y del Caribe, la competición polideportiva regional más antigua del mundo (nació en 1926), tiene su próxima edición en el aire por culpa, asimismo, de la pandemia de COVID-19.
El Gobierno de Panamá, sede en 2022, renunció a la organización para destinar los fondos a la lucha contra la enfermedad. El presidente del país, Laurentino Cortizo, lo expresó de forma tajante: «No había manera que poder cumplir».
La decisión plantea un reto mayúsculo a la Organización Deportiva regional, ODECABE, aliviado en parte por la buena disposición de Puerto Rico para hacerse con la sede si se dan las circunstancias. Una comisión estudia las posibilidades con la idea de tener una alternativa antes de que acabe el año para celebrar estos Juegos, fundamentales en la base de la pirámide competitiva del continente americano.