República Dominicana, abril de 2025
En un mundo moldeado por la inflación global, la inestabilidad laboral y una creciente digitalización, la independencia económica se ha transformado en un anhelo común para las generaciones más jóvenes. Sin embargo, alcanzar la libertad financiera en la juventud no es un camino evidente ni sencillo. Un reciente informe de Deloitte expone una cruda realidad: el 30 % de la Generación Z y el 32 % de los millennials se sienten financieramente inseguros, y más de la mitad de estos grupos vive al día.
A pesar de este escenario, República Dominicana emerge como un caso particular. De acuerdo con el último informe del Departamento de Estudios Económicos, el país lidera la región con una tasa de ahorro equivalente al 27.5 % del Producto Interno Bruto (PIB), superando con creces el promedio latinoamericano, que se sitúa en un 19.3 %. Pero ¿cómo se traduce esto en las finanzas personales de los jóvenes?
Falta de planificación, el primer obstáculo
Según el Dr. Emperador Pérez, docente de finanzas personales en la Broward International University (BIU), el primer gran error de muchos jóvenes es la falta de planificación. “Lo vemos todo el tiempo: deudas innecesarias, uso excesivo de tarjetas de crédito y consumo impulsivo. Todo parte de no tener un plan desde el inicio de la vida laboral”, asegura.
El especialista recomienda cinco claves esenciales para sentar bases económicas saludables:
1. Ahorrar desde el primer ingreso, sin importar su magnitud.
2. Trazar un presupuesto realista y cumplirlo como si fuera una guía, no una limitación.
3. Evitar deudas por bienes de consumo que pierden valor con rapidez.
4. Crear un fondo de emergencia que permita enfrentar imprevistos.
5. Invertir en educación financiera de forma continua.
Vivir bien sin gastar de más
La calidad de vida no tiene por qué estar reñida con la estabilidad financiera. Aplicar la regla 50/30/20 —50% para necesidades básicas, 30% para ocio, 20% para ahorro e inversión— permite vivir con equilibrio. “Los jóvenes deben aprender que se puede disfrutar sin poner en riesgo su futuro financiero”, señala el Dr. Pérez.
La clave está en el consumo consciente. Con un desempleo juvenil del 25 % en el país, diversificar los ingresos y adoptar hábitos financieros inteligentes no es solo recomendable, es urgente.
Redes sociales: espejo y trampa
La presión de las redes sociales ha elevado el consumo impulsivo a niveles preocupantes. Retos virales, promociones constantes y la cultura de la comparación generan una necesidad invisible de “gastar para pertenecer”. El 43 % de los jóvenes latinoamericanos admite haber realizado compras no planificadas influenciados por contenido digital, según Deloitte.
“El peligro no es la red en sí, sino su mal uso”, explica Pérez. “Cuando se usan para aprender, emprender o promover ideas, se transforman en aliadas poderosas. Pero si se consumen de forma pasiva, pueden convertirse en un agujero financiero”.
Inversiones digitales: oportunidades con letra pequeña
En plena era cripto, las oportunidades de inversión han crecido exponencialmente, pero también los fraudes. Muchos jóvenes dominicanos han comenzado a incursionar en criptomonedas, fintechs y otros activos digitales sin una base formativa sólida.
El Financial Times estima que 1 de cada 5 jóvenes ha perdido dinero en esquemas no regulados. “El problema no es invertir”, aclara Pérez. “El problema es hacerlo sin entender. Nadie debería poner su dinero en algo que no comprende”.
Rompiendo el mito del “no me alcanza”
Uno de los mayores mitos que limitan el desarrollo financiero de los jóvenes es creer que necesitan altos ingresos para organizar sus finanzas. Nada más lejos de la realidad. Con constancia, metas pequeñas y una visión de largo plazo, es posible construir un patrimonio incluso con recursos limitados.
La Asociación Cibao, entre otras instituciones, realiza campañas educativas en colegios y comunidades para promover una cultura financiera responsable. Pero el cambio más profundo ocurre cuando cada joven toma el control de sus finanzas con compromiso y visión.
“El dinero no lo es todo, pero entenderlo y saber manejarlo puede cambiarlo todo”, concluye el Dr. Pérez.
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Educación financiera, la nueva alfabetización
Hoy más que nunca, la libertad financiera depende menos del contexto y más del conocimiento. La educación financiera no es un lujo, es una necesidad. Invertir en ella —como país, como institución y como individuo— puede ser el paso más importante hacia una generación económicamente libre.