El Comité Olímpico Internacional adoptó este miércoles en Lausana una serie de reformas en el proceso de candidatura para los Juegos Olímpicos con el objetivo de reducir el número de perdedores.
Estas reformas aportan más flexibilidad en la construcción de una candidatura que lo que permitía la Agenda-2020. Para el presidente Thomas Bach se trataría de una “evolución de la revolución”.
La Agenda-2020, vasto proyecto de reformas adoptado en 2014, estaba dirigida a reducir el coste de las candidaturas y de la organización de los Juegos Olímpicos, ante la escasez de candidaturas.
El centenar de miembros del COI reunidos en su 134ª sesión en Lausana, aprobaron una enmienda en la carta olímpica en el apartado que establecía la designación de la ciudad anfitriona con siete años de antelación.
Otra modificación de calado: una candidatura podrá ser compartida por “varias ciudades, regiones o países”, explicó el australiano John Coates, que preside el grupo de trabajo encargado de proponer las reformas.
Estas medidas ofrecen aún más flexibilidad en los “tiempos de la designación”, añadió Coates, explicando que un doble voto como en 2017 en Lima (para los Juegos de París-2024 y Los Angeles-2028) sería “posible”.