ONDA, SGACEDOM, SODAIE y Banreservas honran a la icónica agrupación en una emotiva ceremonia.
En una noche impregnada de emoción y gratitud, el salón Bonanza del Hotel Santo Domingo Sheraton fue escenario de un merecido homenaje a Chucky Acosta y al Conjunto Quisqueya, una agrupación que se ha convertido en símbolo del merengue dominicano. La Oficina Nacional de Derecho de Autor (ONDA), junto a SGACEDOM, SODAIE y Banreservas, unieron esfuerzos para rendir tributo al legado de estos músicos que, con talento y dedicación, han llevado la bandera dominicana por todo el mundo.
Desde el inicio del evento, la atmósfera se sentía cargada de nostalgia. Con cada mención de su trayectoria y cada recuerdo compartido, los presentes se dejaron envolver en un viaje que rendía homenaje tanto a las contribuciones artísticas del grupo como a su inquebrantable compromiso con la cultura dominicana. La ceremonia comenzó con un emotivo discurso de José Rubén Gonell Cosme, director de la ONDA, quien destacó la importancia del Conjunto Quisqueya como “embajadores del merengue” y su papel en la defensa de la identidad cultural dominicana.
Una Celebración de Amistad y Unión
El reconocimiento a cada uno de los integrantes activos del Conjunto Quisqueya fue uno de los momentos más significativos de la noche. Chucky Acosta, Javish Victoria, Abid Melgen Henzi y Elías Santana recibieron placas de reconocimiento que destacaban sus aportes al merengue. También se rindió homenaje póstumo a Aneudy Díaz, miembro fundador, cuyo legado fue evocado en la voz de Amable Valenzuela, quien, con gran emotividad, aceptó el reconocimiento en nombre de su amigo. La imagen de Aneudy se proyectó en las pantallas, recordando sus años de gloria en el escenario, un recordatorio tangible de su huella en la historia de la música.
Para muchos, este fue el punto más conmovedor de la ceremonia. Al recibir su placa, Chucky Acosta, con la voz entrecortada, agradeció a todos los presentes y recordó los inicios del Conjunto Quisqueya, su pasión compartida y el sueño de llevar la música dominicana a nuevas alturas. También dedicó palabras de agradecimiento a su compañero Aneudy, destacando su rol fundamental en la consolidación del grupo y recordando anécdotas que arrancaron aplausos y algunas lágrimas al público.
Una fiesta de merengue y tradición
La ceremonia también incluyó momentos vibrantes, como la participación de figuras del merengue dominicano que se unieron en el escenario para honrar a sus colegas. Rafa Rosario, José Virgilio Peña Suazo, Ramón Orlando, Silvio Mora y Mariano Lantigua de la banda Aljadaqui aportaron sus voces en un concierto que evocó las raíces del merengue y celebró su vigencia en la cultura dominicana. Al cierre, los mismos integrantes del Conjunto Quisqueya –Chucky, Javish, Abid y Elías– tomaron el escenario para interpretar sus éxitos, desatando una explosión de júbilo y aplausos.
La música se mezclaba con confetis y escenas de la obra musical de la banda proyectadas en las pantallas, que inundaron el salón con un sentimiento de celebración y unidad. El público, movido por el ritmo contagioso del merengue y la conexión entre los artistas, respondió con un entusiasmo palpable, reafirmando la vigencia del Conjunto Quisqueya en el corazón de la cultura dominicana, sobre todo en las festividades de fin de año, donde la música del Conjunto Quisqueya marca el inicio de la Navidad.
Un Legado que Trasciende Generaciones
El homenaje concluyó con la entrega de las distinciones por parte de figuras destacadas de SGACEDOM y SODAIE, incluyendo a Valerio de León y Pochy Familia, quienes subrayaron el compromiso del Conjunto Quisqueya con la música y la cultura dominicana.
La noche fue un recordatorio de que el Conjunto Quisqueya no solo marcó una época en la música dominicana, sino que también sembró raíces profundas en la cultura nacional, sirviendo de inspiración para músicos actuales y futuros. Con cada canción, cada anécdota y cada homenaje, quedó claro que la historia de Chucky Acosta y el Conjunto Quisqueya es un capítulo imborrable en el libro del merengue.
Este evento fue más que un homenaje; fue una reafirmación de la unidad, el respeto y la admiración que República Dominicana siente por sus músicos y por su legado, una velada que quedará en la memoria colectiva como un tributo a la grandeza de una de las agrupaciones más queridas del país.