La Navidad es sinónimo de excesos, porque en un gran número de países donde se conmemora esta fecha su celebración implica gastar, festejar, comer y beber en demasía, con las indeseables consecuencias que dichas acciones conllevan.
En el aspecto nutricional, todos terminamos sobrepasándonos en la ingesta de calorías, ya sea porque nos falta voluntad, porque el ambiente nos incita, porque pensamos que “una vez al año no hace daño”, o por presión social.
Cualquiera que sea la causa de nuestros “excesos navideños” en el consumo de alimentos y platos hipercalóricos y bebidas con mucho alcohol y en algunos casos repletas de azúcar, los resultados son los mismos: aumento de peso, resacas y problemas gastrointestinales.
Como “más vale precaver que lamentar”, te presentamos algunos consejos para reducir al mínimo esos dañinos excesos en que incurrimos durante la cena de Nochebuena o de Año Nuevos que les pasan factura a nuestra salud y a nuestra figura:
– Modera la cantidad de alimentos que ingieres en el día, antes de la famosa cena, para si evitar duplicar el consumo calórico:
– Toma en cuenta no solo la cantidad de lo que comes o bebes.
– Disfruta todo, pero no abuses de las grasas y de los dulces.
– Prefiere las carnes magras, como el pavo, pollo sin piel, conejo o la masa del cerdo que no tiene grasas, porque el consumo excesivo de estas está relacionado no solo con enfermedades cardiovasculares sino también con el cáncer.
– No olvides que los alimentos altamente procesados como pizzas, hamburguesas y comidas rápidas poseen un alto contenido de grasas.
– Toma mucha agua, la que además de ayudar a desintoxicar tu organismo te crea una sensación de saciedad que te permitirá comer menos.
– En la preparación de los platos que degustará tu familia durante la cena utiliza en lo posible aceite de oliva.
– Para muchos no hay una la dulce Navidad si no saborean golosinas, pero busca opciones saludables, como el chocolate negro (70% cacao o superior). También puedes preparar postres de fruta y utilizar azúcar de dieta.
– Si no puedes prescindir de las bebidas alcohólicas, hazlo con moderación.
– Prefiere una cerveza o una copa de vino a un coctel del alcohol.
– Complementa tu plato con ensaladas verdes pues de esta forma tu estómago tendrá menos espacios para los alimentos hipercalóricos.
– No te apresures al comer, hazlo con lentitud y mastica bien cada bocado, pues desde que comenzamos a ingerir algún alimento empezamos a procesar y a regular la saciedad mediante los neurotransmisores adecuados,
– Antes los innumerables brindis a que serás convidado, aprende a decir: “Gracias, ya estoy satisfecha” o “Lo agradezco, pero ahora no apetezco”.