SANTO DOMINGO, R.D. — En una era donde la tecnología ocupa cada rincón de la vida cotidiana —desde el trabajo hasta el entretenimiento y la educación— una nueva ola de conciencia está emergiendo entre profesionales de la salud y familias: reducir el tiempo frente a las pantallas no es una moda, sino una necesidad urgente para el bienestar integral.
Expertos en salud física y mental advierten que los dispositivos electrónicos, si bien son herramientas valiosas, pueden convertirse en un obstáculo para el equilibrio emocional, la vida familiar y la salud física cuando su uso es excesivo. Desde smartphones hasta consolas de videojuegos, las pantallas han transformado la forma en que interactuamos… pero también han redefinido los silencios, las distancias y el descanso.
“La tecnología es una excelente herramienta, pero también puede perjudicar su bienestar y hacerle sentir desconectado de quienes le rodean”, afirma la Dra. Mysoon Ayuob, especialista en Medicina Familiar del Sistema de Salud de Mayo Clinic.
Un descanso necesario
La reflexión de Ayuob surge como parte de una campaña internacional para promover pausas digitales conscientes. Según diversos estudios, reducir el tiempo frente a las pantallas puede mejorar significativamente la calidad del sueño, prevenir el sobrepeso y fortalecer los lazos afectivos en el hogar.
El simple acto de apagar un dispositivo puede tener múltiples efectos positivos. Uno de ellos es el incremento de la actividad física, que ayuda a prevenir enfermedades como diabetes tipo 2, problemas cardíacos y obesidad, condiciones que afectan a millones de personas en todo el mundo. En particular, los niños que pasan más horas frente a pantallas tienden a dormir menos y a desarrollar hábitos alimenticios menos saludables, muchas veces comiendo por distracción en lugar de por hambre.
Espacios para redescubrir la vida fuera de lo digital
Explorar el mundo sin una pantalla en la mano puede ser una experiencia transformadora. Desde caminatas al aire libre hasta actividades artísticas y juegos en familia, los momentos sin tecnología no solo estimulan la creatividad, sino que conectan a las personas con la realidad presente.
“Las actividades sin el uso de pantallas pueden ser tan emocionantes como las que aparecen en ellas”, señala el informe. Colorear, leer, tocar un instrumento o simplemente jugar en el parque son formas poderosas de reconectar con uno mismo y con los demás.
Reconexión emocional: lo que las pantallas no pueden reemplazar
La tecnología, paradójicamente, puede estar desconectándonos emocionalmente. Un estudio reveló que niños que pasaron cinco días sin dispositivos electrónicos mejoraron notablemente su capacidad para reconocer emociones faciales y leer señales no verbales, habilidades sociales esenciales para la empatía y la convivencia.
La presencia física sin atención emocional —por ejemplo, un padre que está en casa pero centrado en su teléfono— puede hacer que los hijos sientan que compiten por amor y validación. Por eso, dejar el celular a un lado es un acto de amor y presencia consciente.
Más felicidad, menos ansiedad
Está demostrado que salir al aire libre, hacer ejercicio o compartir tiempo de calidad sin pantallas mejora el estado de ánimo general. La depresión y la ansiedad, condiciones que se han disparado en la última década, están frecuentemente ligadas al aislamiento, la inactividad y la sobreexposición a contenidos negativos, como los que abundan en las redes sociales.
En los niños, los efectos pueden ser incluso más severos. Un uso excesivo de pantallas se asocia con trastornos de atención, irritabilidad y problemas de conducta. Además, la exposición constante a contenidos violentos puede normalizar conductas agresivas o insensibilizar a los menores ante el sufrimiento ajeno.
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Una invitación a la pausa consciente
Desconectarse no significa rechazar la tecnología, sino redefinir nuestra relación con ella. Tomar descansos digitales no solo mejora la salud física y mental, sino que también abre espacio para vivir con mayor intención, conexión y propósito.
“Tal vez ese vacío que muchas personas sienten no se deba a la falta de más contenido digital, sino a la ausencia de experiencias reales”, concluye la Dra. Ayuob.
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¿Qué puedes hacer hoy?
• Establece zonas sin pantallas en casa, como el comedor o el dormitorio.
• Programa un “sábado sin tecnología” con tu familia.
• Apaga las notificaciones innecesarias para reducir interrupciones constantes.
• Sustituye una hora diaria de pantalla por lectura, caminata o conversación.