Esta es una de las frases a la que realmente debemos prestar atención, ya que marcan la pauta de lo que deberían ser las relaciones jefe-secretaria, para que las actividades propias de la oficina fluyan de manera orgánica.
Una relación entre la secretaria y su jefe debe estar basada fundamentalmente en el marco del respeto. Saber diferenciar las relaciones públicas y privadas y ser discreta en cuanto a las informaciones que maneja sobre su jefe, o sobre la empresa y sus actividades.
Una de las cualidades fundamentales de la secretaria es el cumplimiento de las tareas que su superior le encomiende. Aun cuando no esté de acuerdo con algún planteamiento, ejercer con integridad cada encomienda.
De su lado, el jefe debe mostrar su superioridad, dando instrucciones que muestren su liderazgo. Hacer un híbrido entre su jerarquía de jefe y su figura de líder. Debe motivar a su secretaria para que sus instrucciones sean ejecutadas con mayor tesón. Recordar que no es lo mismo dar órdenes, que dar instrucciones.
Una secretaria tendrá que establecer con su jefe una relación de colaboración positiva y afrontar con entusiasmo y convicción cada una de sus tareas diarias, pues no deberá olvidar que su primera y principal función es la atención y el soporte permanente a su jefe en el trabajo.
Una buena secretaria debe ser discreta en cuanto a las informaciones que maneja sobre su jefe, o sobre la empresa y sus actividades.
Puede que lo más difícil para una secretaria sea lidiar con el carácter de su jefe, sin embargo, cuando ejerce con respeto, responsabilidad y puntualidad, es posible mantener una relación sólida y duradera.