Diego Rivera fue sin lugar a dudas el gran amor de la famosa escritora y artista mexicana Frida Kahlo. El también famoso muralista novelaba tanto sobre su vida, que incluso su fecha de nacimiento está cubierta por el mito.
Su madre María, su tía cesárea y los registros del Ayuntamiento indican que vino al mundo a las 7:30 de la noche el 8 de diciembre de 1886. Este es justamente el auspicioso día de la fiesta de la Inmaculada Concepción.
Su nombre completo es Diego María concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientas Acosta y Rodríguez.
Diego heredó un agudo intelecto analítico a través de su complejo mestizaje, que incluía ascendencia mexicana, española, judía, indígena, africana, italiana, rusa y portuguesa.
Según el libro titulado Rivera, que relata la vida y obra del famoso artista mexicano, fue una especie de niño consentido, capaz de leer a los 4 años, edad en la que empezó a pintar en las paredes, sin imaginar que se convertiría en el más famoso muralistas del país.
Rivera, quien falleció el 24 de noviembre de 1957, es ampliamente reconocido en el mundo del arte por su aportación al muralismo, técnica que puso en alto el nombre de México en el mundo, pues después de décadas fue la corriente que posicionó a los artistas nacionales en la escena internacional junto a grandes figuras como Pablo Picasso.
Su innegable talento artístico lo llevaron a ser reconocido como uno de los tres grandes junto a David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco; le fueron cedidos muros dentro de edificios gubernamentales y espacios públicos para que plasmara la Historia de México.
Frida la mujer que marcó su vida
Su vida estuvo marcada por las pasiones, amoríos y romances en varios continentes. Un corazón frío que no mostraba señales de llegar a amar a una sola mujer. Sin embargo, conoció a Frida Kahlo, una joven estudiante de pintura que quedó enamorada de él desde el primer momento que lo vio, y quien era apasionada y guerrera hasta la médula.
A pesar del amor que sentía por Frida, diego nunca pudo cambiar su vida de bohemio, soñador y apasionado. Decía que Frida era «ácida y tierna, dura como el acero y delicada y fina como el ala de una mariposa, adorable como una bella y profunda sonrisa y cruel como la amargura de la vida».