LOS ANGELES — Yasmani Grandal suele asegurar que si se va de 4-0, pero el cuerpo de lanzadores de los Dodgers de Los Angeles hace un buen trabajo, puede irse tranquilo a la cama. Pues bien, ahora el receptor cubano de los campeones del Oeste de la Liga Nacional es capaz de dormir plácidamente.
El pitcheo de los Dodgers ha tirado dos blanqueadas seguidas en una serie de postemporada por primera vez en su historia para irse arriba 2-1 en la Serie de Campeonato frente a los Cachorros de Chicago.
Y Grandal, que viene de su mejor temporada en cuando a poder se refiere, salió de un letargo en el que estuvo inmerso desde la aurora de la Serie Divisional con un cuadrangular productor de dos carreras — remolcó tres rayitas en total — para encabezar la ofensiva de su equipo.
«Creo que Yasmani era la víctima de tratar tal vez demasiado», analizó el dirigente de los Dodgers, Dave Roberts. «Con dos strikes, se propuso acortar un poco el swing. Si un bateador como él lo hace y ve la bola bien, aún le puede pegar a la bola con bastante fuerza».
Para Grandal, la clave fue mantenerse con vida en ese turno en el cuarto episodio hasta que el estelar Jake Arrieta, abridor de los Cachorros, le tirase un pitcheo ideal para batear.
«Sólo tuve suerte al conectarle bien a ese lanzamiento para poder sacar la bola del parque», comentó Grandal. «Teníamos hombre en segunda y con cualquier contacto que hiciera pueden pasar muchas cosas.
«Él [Arrieta] ha sido tan buen pitcher los dos últimos años simplemente porque no te da nada bueno para batear», analizó Grandal. «Ese pitcheo que me hizo fue bastante bueno».
Los lanzadores han sido precisamente los que han dominado hasta ahora la Serie de Campeonato del Viejo Circuito. Entre los dos equipos, el promedio de bateo es .197, lo cual pone en peligro el porcentaje combinado más bajo de un evento completo a este nivel, implantado en el 1973 por los Mets de Nueva York con .203, de acuerdo a Elias Sports Bureau.
El también cubano Yasiel Puig aportó a la victoria de los Dodgers con un par de imparables en igual número de turnos al bate y anotar una carrera. El guardabosque antillano se había ido de 16-0 en sus 10 juegos previos de postemporada. Es ahora apenas el sexto en la historia de los Dodgers en los Play-Offs con dos indiscutibles en un encuentro que hubiese iniciado en la banca de la novena.
«El primer juego [en casa] era el más importante», indicó Puig. «Todo esto viene del entrenamiento diario para hacerle frente a ese gran equipo que tienen los Cubs. Gracias a Dios y esa preparación las cosas nos salieron bien. Tenemos carreras guardadas para esos lanzadores para el siguiente juego».
Mientras la ofensiva de los Dodgers hacía de las suyas frente al cuerpo de pitcheo de los Cachorros, el zurdo Rich Hill lanzaba su mejor encuentro de lo que va de la postemporada al trabajar seis entradas en blanco.