Carlos Canales presenta El Reguetonero , una obra que fusiona humor, drama y un lenguaje único para explorar el fenómeno del reguetón.
En la intersección entre el teatro y la música, El Reguetonero surge como una propuesta arriesgada y provocadora. Escrito por el dramaturgo boricua Carlos Canales, la obra desafiaba las convenciones del teatro clásico al sumergirse en el controvertido mundo del reguetón, un género musical que ha generado tanto admiración como rechazo en la sociedad. En una conversación exclusiva, Canales nos revela los secretos de su proceso creativo y nos invita a reflexionar sobre el papel del reguetón en la cultura contemporánea.
- La génesis de la obra
El Reguetonero nació del encuentro fortuito entre las influencias musicales de Carlos Canales y el amor de sus hijas por el reguetón. «El reguetón me pidió que lo creara», afirma el dramaturgo. Su obra, que originalmente nació como un relato narrativo, terminó transformándose en un personaje dramático tras una invitación al Micro Theatre Festival de Nueva York. En palabras de Canales, «el personaje del reguetonero se elevó como un huracán y me obligó a darle forma». - Un lenguaje transgresor
La obra no escatima en lenguaje directo y audaz. «Sabía que rompería mis propias leyes de convención de escritura teatral», dice Canales al referirse a la decisión de permitir que el reguetonero hablara con el lenguaje crudo y directo que caracteriza a este género musical. De esta forma, el dramaturgo subraya su compromiso con la libertad creativa, sin dejar espacio a la autocensura, que, según él, es el enemigo más grande de los creadores. - La conexión con la audiencia
El reguetón, con su ritmo inconfundible y letras que a menudo abordan temas de amor, poder y rebeldía, se convierte en la columna vertebral de la obra. «Las canciones no son solo parte del fondo musical, son parte integral del conflicto del personaje», explica Canales. Y en el escenario, esta conexión es evidente. Desde el inicio hasta el final de la obra, el público es llevado a través de un viaje sonoro que refuerza las emociones del protagonista. - Héctor Luis Rivera: El actor elegido
La elección del actor para interpretar al reguetonero no fue sencilla. Después de un proceso de selección que incluyó a varios actores, Canales se decidió por Héctor Luis Rivera, un actor y director de confianza con quien ya había trabajado en varias ocasiones. Rivera, quien también interpretó al protagonista, se sumergió en el papel con una intensidad única, aportando una capa de autenticidad al personaje. - El reguetonero como fenómeno cultural.
El reguetonero en la obra no es solo un artista, es un reflejo de las tensiones sociales y culturales que genera el reguetón. «Es un personaje controversial, un blanco de ataques constantes», dice Canales, señalando cómo el reguetón ha sido objeto de críticas por parte de aquellos que consideran que no cumple con los «parámetros de lo que debe ser el arte». La obra aborda precisamente esa polarización, invitando a la reflexión sobre qué constituye el verdadero arte en un mundo donde los géneros musicales populares desafían las normas establecidas. - Reflexión final: Humor y mensaje
El Reguetonero no solo es una obra para reír, sino también para pensar. A través de su personaje, Canales invita a los espectadores a reflexionar sobre la identidad, la libertad de expresión y el poder del arte en tiempos de censura y juicio social. Con un humor ácido, pero lleno de profundidad, el dramaturgo ofrece una visión única del reguetón como una forma legítima de expresión artística.
Carlos Canales, con El Reguetonero , ha logrado hacer del reguetón un vehículo para una reflexión crítica sobre la sociedad. La obra no solo revela las entrañas del reguetón, sino también las de la propia cultura latinoamericana, donde el arte, la música y la identidad se entrelazan en una danza constante. Al final, El Reguetonero no solo desafió las convenciones teatrales, sino que también invita al público a reconsiderar lo que significa ser un artista en el mundo moderno.