Las asistencias a las situaciones de emergencias precisan de profesionales competentes, que realicen su labor con la diligencia que se necesita en contextos muy exigentes.
En la actualidad, las mujeres han abierto caminos y han roto estereotipos para dar un servicio fundamental a la sociedad, cuando lo que está en juego es la seguridad y la vida de quien lo requiere.
Desde el inicio de sus operaciones, el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 9-1-1, ha apostado a que la participación en igualdad de condiciones sea una prioridad, destacándose las mujeres en labores que de manera frecuente son ejecutadas por hombres.
El liderazgo en departamentos de comunicaciones, infraestructura, seguridad, tecnología y respuesta a las emergencias, son un ejemplo palpable de ello, ya que aproximadamente el 50 por ciento de los cargos directivos pertenecen al género femenino.
Las instituciones de respuesta a las emergencias no son la excepción, al reconocer la contribución que diariamente brindan las mujeres cuyo trabajo es amplio y abarca distintos grupos profesionales y técnicos, que requieren formaciones específicas, suponiendo un soporte fundamental en la misión de salvaguardar los bienes y la vida de los ciudadanos de las 25 provincias en las que tiene presencia este servicio público gratuito.
Historias que salvan vidas
Entre las historias anónimas que salvan vidas, se encuentra la de Liana Acosta, primer teniente del Cuerpo de Bomberos de San Pedro de Macorís, bombera de línea y comandante de unidad, a quien asignan frecuentemente, por sus habilidades y méritos, como oficial del día de su sección, realizando la labor de supervision de equipos donde su mayoría son masculino. Todas sus funciones desempeñadas con dedicación y vocación de servicio