Con la llegada del trabajo a distancia, cada vez se tiende más a la multitarea, pero da una falsa sensación de productividad.
Expertos de la UOC explican además algunos aspectos positivos que aporta el teletrabajo al clima psicosocial de las empresas.
La mayoría de las personas tienen la creencia de que la productividad en su trabajo está directamente relacionada con el número de ventanas que tienen abiertas en la pantalla de su computador. Opinan que tener varias pestañas abiertas e ir pasando de un asunto a otro no solo es posible mediante la técnica de la multitarea, sino que también es algo que consideran muy positivo. Sin embargo, ¿están en lo cierto? ¿Trabajar de esta manera realmente resulta más eficaz que hacerlo atendiendo un tema detrás de otro?
Este comportamiento, conocido como el «síndrome de las ventanas abiertas», ha tomado especial relevancia en los últimos meses debido a la elevada implantación del teletrabajo en el mundo. Esta nueva forma de relación entre el trabajador y la empresa ha despertado múltiples polémicas, entre ellas, la que pone el foco en la productividad.
Cuantas más ventanas abiertas, ¿mejor?
El trabajo en remoto no es algo nuevo. Ya se venía utilizando en sectores muy concretos de nuestro tejido empresarial y en circunstancias también muy específicas. Ahora bien, el paso de la pandemia obligó a las empresas a tomar la decisión de «enviar» a sus empleados a casa e implantar el trabajo en remoto. De hecho, «lo que hemos tenido a lo largo de la pandemia ha sido una situación de emergencia y una respuesta de las empresas y los equipos para evitar el colapso de las compañías», apunta Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), quien asegura que «a lo largo de este periodo lo que hemos hecho ha sido trasladar el modelo de oficina a los domicilios particulares de los empleados, de forma que se han incrementado algunos aspectos negativos como la hiperconexión».
Las valiosas bondades del teletrabajo
Durante la implantación «forzada» de esta forma de trabajar, según Fernández Jaria, muchas empresas tuvieron la oportunidad de descubrir algunos de los aspectos positivos que aporta el teletrabajo al clima psicosocial de las empresas. Algunos de los más significativos son:
Aumento de la confianza en los equipos.
Incremento del compromiso y la autorresponsabilidad.
Atracción del talento al ofrecer unas condiciones de trabajo basadas en la flexibilidad.
Reducción de costes.
Disminución del impacto medioambiental de la compañía.
Compartición de objetivos con los equipos.
Mejora del clima laboral.
Potencia el liderazgo colaborativo.
Mejoras significativas en la productividad.