José Antonio Rodríguez habló tras participar en la inauguración de la exposición “Te veo, me veo”, de la artista dominicana Lidia León, en la Bienal de Venecia, Italia.
El delegado permanente dominicano ante la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), José Antonio Rodríguez, destacó la calidad del trabajo artístico dominicano en tierras extranjeras, tras participar en la exposición “Te veo, me veo”, de la artista dominicana Lidia León, en el marco de la 58 Bienal de Venecia, en Italia.
El Diplomático dominicano, quien asistió a la muestra junto a su esposa, la también artista Monika Despradel, ponderó que “las obras de Lidia exhiben una gran calidad estética y simbólica, manifiesta en la progresión de formas que engendra el huevo, un punto de partida para indicar la vida como comienzo, al tiempo que invitan a una reflexión ética y semántica, ahondando sobre los significados y las finalidades del ser; por ello, no sorprende que la propuesta promueven la inclusión social, logrando seducir nuestra imaginación”.
Subrayó que “Lidia es solo un ejemplo de la magnifica producción artística dominicana, así lo evidencia la gran cantidad de personas que se han dado cita para ser parte de ese prodigioso mundo que hoy nos exterioriza Lidia a través de su arte”.
El también cantautor y reconocido promotor del arte dominicano señaló que “la participación criolla ha sido muy bien recibida, en las diversas ocasiones en las cuales nuestros artistas han sido incluidos en exposiciones europeas”.
En ese sentido, recuerda “como la crítica del viejo continente ha aclamada a artistas como Inés de Tolentino, Ureña Rib, Rafael «Chichi» Cordero y Rincón Mora”.
Rodríguez insiste en que “este tipo de actividad debe ser explotado por la República Dominicana, a fin de darle una mayor visibilidad a su arte y a sus artistas, recordando a la vez que la cultura es el principal activo de nuestra Nacion.
La exhibición incluye cuatro obras de la serie “Wabi Sabi” inspirada en la percepción estética japonesa que celebra la belleza inherente a la transitoriedad y la imperfección, un concepto tomado del arquitecto Tadao Ando y explorado a fondo por la artista.
«Mi trabajo confirma la conciencia de sentirme un reflejo de una realidad colectiva más amplia con respecto a la realidad individual personal, revela que todos estamos interconectados como gotas del mismo océano y me anima a descubrir lo que está más allá de una simple mirada», enfatizó la artista dominicana.