El grupo Shuk rosa (“shuk” es “mercado” en hebreo) aglomera a unas 60 emprendedoras latinas o hispanoparlantes en Israel que han creado un círculo económico entre ellas. Y esto es solo el principio.
“Buenos días emprendedoras, les presento a…”, empieza cualquier día el mensajeo en el grupo de mujeres que inició y gestiona la emprendedora mexicana Mariana Bravo. Y, acto seguido, la nueva integrante del grupo es saludada cariñosamente y el resto del grupo se interesa por su proyecto. Y así comienza la cadena de promoción, uso, compra y difusión de sus actividades.
Bravo vive en Israel desde hace 8 años y cuenta que se inspiró en la solidaridad de las mujeres de su país natal, particularmente la que sintió en un grupo llamado ‘Sinergias femeninas’: “Estuve cinco meses atorada en México durante uno de los confinamientos y observé cómo las mujeres se ayudan allá. A mi regreso quise hacer un grupo de mujeres emprendedoras que hablasen español para promover sus productos y servicios en Israel y crear un círculo económico entre nosotras”, explicó.
Las condiciones para entrar en el grupo, según su creadora, son la aptitud de las personas y de su labor profesional, “calidad, buenos precios y que sean recomendadas”, agregó.
“Hay cosas que aparecen en el grupo que no aparecen en ningún otro lugar”, explicó Bravo. “Por ejemplo, Adis Urieta, la embajadora de Panamá, anuncia talleres o conferencias solo para el grupo en ocasiones”.
Del mismo modo, se han creado subgrupos gracias a la cooperación en el Shuk Rosa, uno de ellos: ‘Parejas biculturales’.
Muchas de las integrantes del grupo tienen parejas israelíes y, por lo tanto, se enfrentan a situaciones similares. “Si yo hubiera llegado al país con una asesoría como la que recibo ahora en el grupo desde el principio, me hubiera sido mucho más fácil la integración en la sociedad y en la familia de mi esposo, por ejemplo”, explicó Mariana.