Todas las mujeres tienen el derecho de poder conservar un equilibrio entre su vida como profesionales y como madres, sin que esto les perturbe su conciencia.
No obstante, la maternidad no es un asunto fácil sobre todo cuando se ejerce fuera del hogar, ya que no siempre es posible disponer de trabajos online.
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Además de eso, es importante el cumplimiento de las madres que trabajan, sobre todo si desean duplicar sus ingresos, sumando esto a las tareas del hogar que deben realizar, la dedicación que exigen sus nenes, entre otras cosas.
Esto ya es bastante para poder cumplir a la perfección ambos roles, el de madre y el de empleada, sin mencionar el malestar y la culpa que puede generar tras el pensamiento de que quizás no está dando la atención debida a sus hijos.
Varios factores emergen. Por un lado, el indisoluble vinculo entre la madre y el hijo, y por otro, los aspectos relativos a la educación y la presión cultural, que muchas veces el padre no lo llega a vivenciar.
Cuando llega el momento en el cual la madre debe separarse de su hijo para volver a su puesto de trabajo, este desprendimiento puede acarrear culpas que aumentan en ciertas ocasiones, por ejemplo, cuando el niño enferma y no puede darle atención exclusiva, o si por motivos de trabajo la madre debe emprender algún viaje.
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Es importante destacar que, de acuerdo a ciertos estudios, los niños no se ven afectados en gran manera por el hecho de que el padre o la madre deba ausentarse de manera diaria, siempre y cuando cumplan con ciertas condiciones relativas a los cuidados sustitutos y la calidad de estos, así como a la estabilidad.
También vale mencionar que entre los hijos de las mujeres que trabajan y las que no, no existen grandes diferencias en cuando a su desempeño intelectual, social y emocional.
Por ello, podría afirmarse que no existen razones concluyentes por las cuales las madres que trabajan deban sentir algún tipo de culpa.
Lo importante para todos los casos es que los niños posean relaciones continuas con sus padres, y si se da el caso en el cual deben ser cuidados por otras personas, esto no supone experiencias cuyos efectos sean negativos, sino que por el contrario, puede ser enriquecedor.
Las únicas dudas que existen es sobre los efectos que pueda tener una jornada laboral a tiempo completo en una madre, durante el primer año de vida del niño, por lo cual se sugiere, en la medida de los posible que el trabajo a tiempo completo sea pospuesto hasta que el pequeño tenga un año.
1. El padre debe compartir igualmente las ausencias en el trabajo, sobre todo cuando se trata de visitas al médico o las reuniones en el colegio.
2. Dejar de lado el perfeccionismo y aceptar que no puedes ser la mujer maravilla: esposa, madre, trabajadora, y además perfecta en todo.
3. No tratar de superar el sentimiento de culpa consintiendo en exceso o comprándoles todo lo que a los niños les provoque.
4. Investigar sobre la reducción de jornada, para que estés al tanto sobre permisos por enfermedad de los niños, o para dar alimento, entre otros.
5. No pensar en el tiempo que no se dedica a los hijos, piensa en el tiempo que sí puedes pasar con ellos, tales como los fines de semana, hora del baño.