Sostiene que las autoridades norteamericanas se han equivocado en ese tema.
Santo Domingo.- “Lo importante para nosotros es demostrar que este pueblo no es racista, no es racista. Aquí lo que hay es un tema histórico, un tema geográfico, un tema migratorio de supervivencia de Haití con República Dominicana, pero no es un tema racial”, expresó categóricamente el presidente de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, al ser entrevistado por el staff de El Nuevo Diario, encabezado por el veterano periodista Persio Maldonado.
El expresidente de la República, Leonel Fernández, indicó que se nos habla de racismo y se olvida que, en el año 2010, en ocasión del terremoto de Haití, recorrió el mundo la imagen fotográfica en la que «una madre dominicana amamantó a un niño haitiano», «nos reconocieron internacionalmente por nuestra solidaridad», agregó.
Fernández narró que él llegó a Haití al día siguiente del terremoto. «Llegué clandestinamente porque en la ocasión anterior hubo un atentado en mi contra. No le dimos mucha publicidad, pero eso fue así, no iba a exacerbar los ánimos y eso podría dar lugar a una confrontación. En el momento consideré que no era correcto», detalló, refiriéndose a sus gestiones como presidente dominicano de entonces.
El exmandatario dominicano contó que, en aquella visita oficial, cuando un hubo atentado en su contra, lo ocurrido fue muy grave. «Una cosa grave la que se produjo a la salida del Palacio (Presidencial) haitiano. Había una multitud que nos esperaba con machetes y había en la esquina un vehículo que había sido incendiado para que no pudiéramos cruzar, y cuando finalmente pudimos cruzar, nos ametrallaron, nos dispararon con ametralladoras», recordó.
El expresidente dominicano, tras la pausa para comentar de aquellos momentos en que su propia vida estuvo en peligro en territorio haitiano, continuó exponiendo sobre la reacción del Gobierno dominicano y de la sociedad dominicana con motivo de la tragedia del terremoto del martes, 12 de enero del 2010, que devastó la República de Haití.
El exmandatario dominicano contó que, en aquella visita oficial, cuando un hubo atentado en su contra, lo ocurrido fue muy grave. «Una cosa grave la que se produjo a la salida del Palacio (Presidencial) haitiano.
«Llegué al aeropuerto, me encontré un presidente Préval en una oficina completamente a oscuras, al lado del aeropuerto, desconectado, desinformado, incomunicado, sorprendido, cuando me ve, usted aquí, ¿cómo es esto? bueno, entonces empezamos a reconstruir lo que había ocurrido y decidimos partir de esa oficina en el aeropuerto a la sede de Naciones Unidas en Haití, lo que llamaban la misión de MINUSTAH», narró Leonel Fernández.
«Increíble lo que pasó en el trayecto que hicimos desde su oficina en el aeropuerto hasta la sede de Naciones Unidas, juntos en el mismo vehículo. Él vio con sus propios ojos toda la ayuda dominicana que venía entrando, los equipos pesados, las unidades móviles de distribución de alimentos, hasta lloró» detalló de manera precisa Fernández.
Recordó además que el presidente haitiano, René Préval, cuando vio toda la ayuda que llegaba, dijo estando a su lado: «no estamos solos». Era la República Dominicana, que hacía acto de presencia en Haití, un acto de solidaridad que no tuvo ningún país como lo tuvimos nosotros, declaró el exgobernante dominicano.
Fernández consideró que las autoridades norteamericanas, «al adoptar esta medida, se han equivocado de una manera radical y por consiguiente nosotros en la República Dominicana. Tenemos que rechazar eso en forma enérgica, como ha ocurrido ya, todos los sectores de la República Dominicana, y lo ha hecho la Fuerza del Pueblo, responden, rechazando, censurando esa política EE. UU. por considerarla inapropiada e injusta con respecto a República Dominicana, aquí no hay racismo».
Finalmente, el presidente de la Fuerza del Pueblo dijo que, frente al vacío de poder en Haití, «corresponde a la Comunidad Internacional responder al llamado del Gobierno haitiano de una intervención humanitaria, no refugiados en la República Dominicana. Nosotros tenemos el derecho legítimo de deportar, devolver, trasladar, como quiera que se use el término, como quiera que se quiera emplear el término, de poderlo trasladar a Haití sin que Estados Unidos, ni nadie, le impida al Estado soberano e independiente de la República Dominicana llevar a cabo esa acción, respetando los derechos humanos».