Una sinfonía de juventud, talento y hermandad cultural llenó este domingo los pasillos de Galería 360, durante la emotiva clausura del XX Festival Internacional de Bandas de Música Infantojuveniles, organizado por la Fundación Festi-Band. Lo que fue concebido hace dos décadas como una plataforma de formación y encuentro musical para niños y adolescentes, hoy se consolida como un evento de referencia en el calendario cultural dominicano.
Bajo la batuta del maestro José Andrés Vidal, fundador y director artístico del festival, el lobby central del centro comercial se transformó en un escenario vibrante donde resonaron trompetas, clarinetes, tubas y percusiones, en una puesta en escena que cautivó a grandes y chicos.

Un mosaico sonoro de talentos
La gala final tuvo como protagonistas a la Orquesta Dominicana de Vientos “Maestro Andrés Vidal”, agrupación anfitriona que compartió escena con cuatro destacadas bandas sinfónicas de Colombia: la del Nus, de Guarne, de Itagüí y de Neira, que viajaron desde distintas regiones de Antioquia y Caldas para unirse a este canto común por la música.

En total, el festival acogió a 37 bandas nacionales y 4 internacionales, convirtiéndose en un verdadero mosaico de culturas musicales y un testimonio del poder transformador del arte cuando se siembra desde la infancia.
Un festival con alma y misión

“El Festival de la Juventud Musical Dominicana no es solo un escenario de conciertos, es una escuela de vida y un puente entre culturas”, afirmó el maestro Vidal durante sus palabras de cierre. Agradeció especialmente a Galería 360, por abrir sus puertas al arte joven, y a las autoridades colombianas presentes, como el alcalde de Itagüí y el embajador de Colombia en República Dominicana, quienes respaldaron el evento con su presencia.
Un espacio para la cultura, en el corazón de la ciudad
La clausura gratuita del festival no solo reafirma el compromiso de Fundación Festi-Band con la educación artística, sino también el papel de Galería 360 como un aliado estratégico en la promoción cultural, ofreciendo a sus visitantes experiencias enriquecedoras que trascienden lo comercial.
Así, con una ovación del público y las notas de cierre de una marcha sinfónica, concluyó la vigésima edición de un festival que ha formado generaciones de músicos y ha tendido lazos que cruzan fronteras. Porque cuando los jóvenes tocan juntos, los países también se abrazan.