Se ha logrado una película temática cuidada y curada en sus aspectos más sensibles, sobre todo en la muy rechazada toxicidad y violencia de las letras de las piezas de esta corriente
José Rafael Sosa
Flow Calle debe ser vista por su bien contada historia de inspiración y su relato de aspiraciones de jóvenes artistas urbanos enfrentados los agotadores recovecos y prejuicios que se interponen en el camino hacia el ascenso a la cima artística.
Tiene en su favor el buen criterio de guión y producción con buen mensaje y una onda musical no tóxica, que le diferencia de los textos de bajísima calidad que caracteriza la noble jauría de intérpretes a los que falta conciencia de los valores que transmiten.
Sus productores, directores o guionistas han apelado a figuras de la música urbana, buscando incidencia en taquilla con internacionalización, dado que tienen una parrilla de cines en 21 países por estrenar y a esos públicos hay que tirarles el gancho de ver sus talentos en pantalla.
Desde luego, el resultado actoral no es homogéneo y presenta, artísticamente hablando, resultados disímiles, porque, al ser supernumerario para una película dominicana musical ordinaria, muchos papeles no habrían recibido toda la orientación actoral necesaria o no había de donde sacarla, pero lo que no impide destacar que las actuaciones claves están bien ejecutadas.
Actoralmente hay buenos desempeños, en especial de la cantante y rapera colombiana Farina Pao Paucar Franco, (Yiselle), además de actuaciones que oscilan entre buenas y muy buenas: el colombiano Lincoln Palomeque, Clarissa Molina, David Maler, Shalim Ortiz, Celinés Toribio, Musicólogo (del que entendemos tiene una presencia y un desempeño en pantalla merecedora de futuros roles más trascendentes), Richard Douglas y el freestyle de Mozart la Para.
Flow Calle fue lanzada con el esquema conocido ya la promoción y lanzamiento espectacular, aplicado por Caribbean Cinemas a sus proyectos de éxitos de taquilla: Colao, ¡Qué León!, Los leones, La vida de los Reyes, entre otras, pero puede ser vista al margen de los empeños de su mercadeo. Es una película dominicana con vocación internacional, que marca un precedente.
En resumen
Flow Calle, parte de ese proceso de cualificación del cine musical dominicano, no es una obra maestra, no tendrá premios en ningún festival de cine, pero si es musicalmente es la mejor trabajada y la que tiene mayores posibilidades de llevar sus sonidos e imágenes a mayor cantidad de públicos en el continente, dejando claro que la industria dominicana del cine se está tomando a sí misma. Frank Perozo, que sigue definiendo una carrera fílmica tras de cámara, sobre libreto del colombiano Andrés López (co-creador de “El Cartel de los Sapos”, “El Señor de los Cielos”).
Se ha logrado una película temática cuidada y curada en sus aspectos más sensibles, sobre todo en la muy rechazada toxicidad y violencia de las letras de las piezas de esta corriente, ofreciendo un espectáculo fílmico muy dirigido a la juventud, sin alimentar valores negativos tan presentes en esa dimensión del ritmo actual.
Ficha técnica:
Título: Flow Calle
Director: Frank Perozo
Producción: Caribbean Cinema Films
Productores ejecutivos: Riccardo Bardelino y Leticia Tonos
Dirección fotografía: Francis Adames
Edición: José Delio Ares
Patrocinios y respaldo: Cervecería Nacional Dominicana Altice Dominicana. Motoplex y la Dirección General de Cine (DGCINE)
Elenco:
Shalim Ortiz, Lincoln Palomeque, Clarissa Molina, Zion, Lenny Tavárez, David Maler, Kiko el Crazy, Celinés Toribio, Musicólogo, Caroline Aquino, Brea Frank, Marta González, Haidy Cruz, Richard Douglas, Luz García, El Nagüero, Jay Wheeler, Capricornio TV, Carlitos Durán, KC la cara , Mozart la Para, Cory, Chelsy, Harakakiko, Gabriel, Molusco, y Yandel.
Sinopsis: Yizelle nació en Los Mina, un humilde barrio de Santo Domingo con la aspiración de ser la mayor exponente del género urbano. Sin embargo, lo tiene todo en contra: los hombres de poder que la rodean solo quieren acostarse con ella, y sus amigas intentan convencerla para que caiga en el camino fácil. Al final, logra imponer sus sueños.