CLEVELAND — Uno a uno, los nombres de los prospectos que iban a recibir los Cerveceros empezaron a salir a la luz pública en distintos informes. Al poco tiempo, ya estaba claro que si los Indios iban a recibir a Jonathan Lucroy, el receptor y prospecto dominicano Francisco Mejía iba a ser una de las piezas del cambio.
Mejía era la ficha central en la transacción que involucraba a cinco jugadores, que al final terminó viniéndose al suelo en la víspera del 1 de agosto (la fecha límite para realizar cambios sin pasar por waivers) porque Lucroy utilizó la cláusula en su contrato para bloquear cambios. De no ser por ello, Mejía hubiese ido a parar a Milwaukee como un cotizado prospecto, lo que terminó llamando la atención de los fanáticos de los Indios que sabían poco sobre este joven cátcher.
«Cada vez que podemos mantener uno de nuestros muchachos hay un montón de gente muy, muy feliz en el departamento de desarrollo de peloteros», dijo el gerente general asistente de los Indios, Carter Hawkins.
Al mantener a Mejía, Cleveland se quedó con una de las estrellas ascendentes del juego, y el protagonista de una de las mejores historias de las Ligas Menores la temporada pasada.
Después de su temporada revelación en el 2016, que incluyó una racha de 50 juegos dando de hit y que está entre las más largas en la historia de las ligas menores, Mejía ascendió hasta el 4to puesto en la lista de los 30 mejores prospectos de los Indios de acuerdo con MLBPipeline.com. Está en el 3er lugar entre las mejores promesas de la receptoría y en el escaño 84 entre los 100 prospectos más destacados de MLB. En noviembre, Baseball America ubicó al pelotero de 21 años como el prospecto más destacado de los Indios.
No es difícil entender las razones para que Mejía esté recibiendo tantos elogios. Es un receptor ambidextro que bateó .342 de promedio de bateo y .896 de OPS entre Clase-A Lake County y Clase-A Avanzada Lynchburg, mientras retiraba al 43% (30 de 69) de los corredores que salieron a robarle.
«Me siento muy bien con esta temporada», dijo Mejía a través de un intérprete en septiembre. «Gracias a Dios todo salió muy bien».
¿Quién hubiese podido predecir que el 27 de mayo, cuando Mejía conectó un sencillo al jardín central ante Jerry Keel de Fort Wayne, que el receptor estaba comenzando una cadena histórica? Por los próximos 78 días, Mejía superó algunos problemas de salud y un ascenso a Lynchburg, además de las distracciones producto de los llamados a dos Juegos de Estrellas y los rumores de cambio, para mantener viva su cadena de imparables.
«Son muchísimas las cosas con las cuales tuvo que luchar», dijo Hawkins, quien se desempeñó como director del departamento de desarrollo de jugadores la temporada pasada. «Tuvo que repetir un nivel, lo que puede ser un golpe bien fuerte para muchos. Pero a pesar de todo eso, la consistencia que mostró fue un paso muy grande desde el punto de vista mental. Sentimos que eso será la fundación de lo que vendrá en el futuro».
La cadena de 50 juegos dando de imparable está empatada como la cuarta más larga en la historia de ligas menores, sólo por detrás de la de 69 juegos de Joe Wilhoit en 1919, la de 61 juegos de Joe DiMaggio en 1933 y la de 55 juegos del cubano Román Mejías en 1954. La racha de Mejía igualó la de Otto Pahlman en 1922. Y además de eso, Mejía dijo sencillos tanto en el Juego de Estrellas de la Liga del Medio Oeste (21 de junio) y el Juego de las Futuras Estrellas (10 de julio) en medio de su cadena.
«A medida que la cadena se hacía más larga iba sintiendo más presión para dar un hit en cada juego», dijo Mejía. «Sentí muchísimo estrés, mucha presión. Después que terminó, pude jugar más calmado y más enfocado en las cosas en las que siempre he podido enfocarme sin tener que sentir que debía dar un hit».
Durante la cadena, Mejía bateó .386 con ocho jonrones, 15 dobles, tres triples y un OPS de 1.013. En ese lapso tuvo tres pasajes en los que perdió cuatro o más juegos. Perdió tiempo para los Juegos de Estrellas y debió sentarse algunos duelos debido a un virus. El 31 de julio, Mejía estaba sentado en el banco mientras los rumores de cambio volaban.
No es de extrañar que Milwaukee viese en Mejía como una futura piedra angular de la organización.
Pero Mejía está feliz de poder seguir luchando por alcanzar ese estatus con Cleveland.
«Me sentí muy bien», expresó. «Me sentí muy bien de poder quedarme con mis amigos y mis compañeros de equipo. Iba a tener que construir nuevas relaciones. Estoy feliz de poder mantener las relaciones que ya tengo».