La página de clasificados en línea Corotos es abanderada de esta causa, y realiza todos los años un encuentro muy esperado por las niñas.
Acoger y mejorar la calidad de vida de niñas en situación de orfandad, en el empobrecido sector La Victoria, en Santo Domingo Norte, es la misión de la Fundación Hogar de Niñas María de la Esperanza (Madelaes), desde 1995.
La entidad alberga 42 infantes que no cuentan con padres o tutores y provienen de contextos empobrecidos; en su mayoría, con un rango de edad entre los 2 y 11 años. En Madelaes cuentan con un lugar seguro donde vivir, asistencia médica y académica, y los cuidados para desarrollarse positivamente. Una labor posible gracias a colaboraciones de individuos y empresas.
Ernesto Alegrett, gerente general de la página dominicana de clasificados Corotos, cuenta que la relación con Madelaes tiene un valor muy significativo y profundo para la empresa, pues el fundador del grupo al que pertenecen, Schibsted Media Group, quedó en orfandad a muy temprana edad y formó parte de un hogar de acogida.
Con un rostro sonriente, Sentolla Beltrán, mejor conocida en la comunidad como María Elena, narra cómo surge la iniciativa de establecer un hogar para niñas desamparadas y en extrema pobreza. La vocación de fundar un orfanato, cuenta María Elena, llegó tras visualizarlo en un sueño en sus años de feligresía en la iglesia Santísima Trinidad.
Con el apoyo de la Iglesia Católica y la Embajada de Japón, se instituyó una fundación que hoy día cuenta con la infraestructura y colaboradores para brindar las mejores condiciones a las niñas.
Cuidados y enseñanza
Madelaes está integrado por varios colaboradores. Entre ellos una maestra para dar asistencia con las tareas escolares, dos doctoras y un representante de CONANI, apoyados por un personal administrativo.
Para Soranyi Massiel, maestra de la sala de tareas, el progreso en las niñas es palpable. “Muchas han mejorado su temperamento, porque vienen de hogares muy deteriorados y la mayoría ha tenido que llevar una carga de madurez siendo niñas”, indica.
Ana Deysi Fernández, quien vivió desde los 8 años en Madelaes, define su experiencia como “muy buena” y considera a los que conforman la institución como parte de su familia. “Todo lo he aprendido allá, principalmente a ser responsable. Además, a ser tolerante, porque cada uno tiene diferentes formas de ser”, expresa.
En la actualidad, estudia el tercer semestre de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y labora en una guardería de niños.
Compromiso comunitario
Por tercer año consecutivo, la empresa de clasificados en línea Corotos aparta una jornada para llevar a las pequeñas de Madelaes a un espacio de recreación, que en esta ocasión fue el centro de diversión con trampolines Summit Trampoline Park.
Coral Sánchez, gerente de mercadeo de Corotos, sostiene que el apoyo que tradicionalmente ofrecen a la Fundación Madelaes es una forma de regresar a la sociedad la confianza depositada en Corotos, y de involucrar a todo su personal en una actividad gratificante desde el punto de vista profesional y personal.
“En el aspecto de responsabilidad social, además de la vocación de Corotos en su misión de ayudar a los dominicanos en su economía personal, esta actividad es un granito de arena que aportamos con el fin de que las niñas de escasos recursos puedan continuar desarrollándose sana e integralmente”, sostuvo.