El mundo entero está observando a Israel, el país donde la campaña de vacunación contra el coronavirus empezó antes que en ningún otro lugar y en el que el ritmo de vacunación ya alcanza al 20% de su población. Y mientras las preguntas giran en torno a si la vacuna funciona y cuáles son los efectos secundarios, los datos que Israel recoge y ha empezado a compartir de su campaña de vacunación masiva, que comenzó el pasado 20 de diciembre, ayudarán a las farmacéuticas y demás países a entender mejor su efectividad e impacto.
Hasta ahora lo más destacado son los datos publicados el martes de esta semana por el Ministerio de Sanidad que muestran que la vacuna reduce de manera significativa los contagios, incluso antes de tener efecto la protección completa que otorga la segunda dosis.
Unas 600.000 personas que recibieron la vacuna de Pfizer-BioNTech han estado en observación, lo que representa un grupo de monitorización 30 veces más grande que los que usan las farmacéuticas en sus tests clínicos, también en la tercera fase, que es la más amplia, y precede a la aprobación de la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA).
Las autoridades sanitarias israelíes anunciaron que la vacuna de Pfizer frena los contagios en un 50% 14 días después de que se hayan inyectado ambas dosis. También recalcaron que los resultados son preliminares, basados en pruebas de coronavirus realizadas en personas que habían recibido la vacuna y en personas que no.
Organizaciones de salud
El sistema sanitario israelí tiene cuatro organizaciones o fondos de salud parcialmente subvencionados que ofrecen servicio médico a sus socios, cuyos números nunca exceden la capacidad de los proveedores de salud, por eso ofrecen una atención médica óptima. Uno de ellos, Maccabi, ha hecho públicos sus propios datos, en los que reportaba una reducción de contagios del 60%.
“La ventaja que Israel ofrece a las farmacéuticas es que tiene un registro centralizado y digital de todos los ciudadanos que pertenecen a alguna de sus cuatro organizaciones de salud”, indicó el epidemiólogo Silvio Pitlik.
“Estas organizaciones son las que se encargan también de distribuir las vacunas”, agregó. Porque todos los israelíes pertenecen a alguna de las organizaciones de salud y sus datos están registrados, es el contexto óptimo para recibir una información completa del impacto de la vacuna, según edad, sexo y enfermedades preexistentes.
Pfizer recibirá de Israel datos generales de los vacunados y sus reacciones, y según el Ministerio de Sanidad, solo será información pública y no individual en ningún caso, lo cual permitirá a la farmacéutica tener una visión detallada de la diversa población israelí gracias a su avanzado sistema de recopilación de datos médicos.
Porque, según los profesionales sanitarios, los tests clínicos no siempre dan una imagen exacta de la efectividad de la vacuna, pero sí que lo hará el examen real que está sucediendo en estos momentos.