SEATTLE (AP). La celebración que encontró John Means en el clubhouse fue apropiada para una proeza que un pitcher de los Orioles no había logrado en solitario durante más de medio siglo.
De pronto, pareció que los festejos correspondían a una victoria en octubre y no a un miércoles de mayo y de no ser por un wild pitch, la hazaña y la fiesta habrían sido mayores, luego de que Means lanzó el tercer juego sin hit de la actual temporada en Grandes Ligas y que estuvo cerca de ser una labor perfecta en el duelo en el que los Baltimore Orioles vencieron 6-0 a los Seattle Mariners.
“En realidad, jamás pensé que estaría aquí. Cuando era niño y me preguntaban qué quería ser de grande, siempre escribía, ‘beisbolista en las Mayores’, pero nunca pensé que se hiciera realidad”, relató Means tras la hazaña. “Ahora sé que es realidad y que soy capaz de lanzar un juego así”.
Sólo un lanzamiento descontrolado en un tercer strike impidió que Means lograra el juego perfecto.
Means (4-0) repartió 12 ponches. El único pelotero de Seattle que se embasó fue Sam Haggerty, quien se ponchó al abanicar una curva, pero la pelota rebotó en el piso en cuenta de 1-2 y dos outs en la tercera entrada y se le escapó al catcher dominicano Pedro Severino.
Haggerty llegó a la inicial, pero no duró mucho tiempo ahí tras ser retirado en un intento de robo en segunda.
“No me podía importar menos que éste no haya sido un juego perfecto”, desestimó Means, quien se convirtió en el único pitcher de la historia en lanzar un sin hit y no haber conseguido el juego perfecto por una causa distinta a una base por bolas, un pelotazo o un error, según el Elias Sports Bureau.
Means hizo 113 lanzamientos, incluidos 79 strikes, a 26 de sus 27 rivales les pasó un strike en el primer pitcheo y cuando Seattle hizo contacto con los lanzamientos del zurdo de 28 años, los batazos fueron débiles, sin amenazar con un imparable.
“Me sentí muy bien todo el encuentro. No pensé que estuviera lanzando realmente bien el cambio de velocidad hasta el final, pero me alegra haberlo logrado”, dijo Means, quien no había logrado un juego completo en 44 aperturas en Grandes Ligas.
Means mejoró su efectividad a 1.37.
El último pitcher de los Orioles que había conseguido un juego sin hit en forma individual era Jim Palmer en 1969. El de Means es el décimo partido sin imparables en la historia de la franquicia, de los cuales seis han sido en Baltimore y seis como los St. Louis Browns.
Baltimore tuvo un juego sin hit logrado por varios lanzadores en 1991 ante Oakland. Era el último doble cero en la historia de la franquicia.
“Haber logrado lo mismo que Palmer es lo que me hace sentir mejor”.
En una temporada en que los bateadores tienen promedio de de .232, que está en ritmp de ser el peor en la historia, Means se unió a otros dos lanzadores que habían conseguido ya un juego sin hit.
El derecho Joe Musgrove lo hizo con Texas el 9 de abril y el zurdo Carlos Rodón lo logró ante Cleveland el 14 del mismo mes. Además, el zurdo Madison Bumgarner no permitió imprables en un juego abreviado a siete entradas en el que Arizona venció a Atlanta el 25 de abril, sin embargo, las Mayores no reconocen oficialmente ese juego como un sin hit, ya que no fue de nueve episodios.
Los juegos de las dobles carteleras se abrevian a siete capítulos en cumplimiento de los protocolos establecidos durante la pandemia.
Por los Orioles, el mexicano Ramón Urías terminó de 3-1 con una carrera empujada.