Santo Domingo, República Dominicana – 17 de julio de 2025. La Dirección General de Bellas Artes confirmó el fallecimiento del maestro José Cestero, uno de los más grandes exponentes del arte dominicano contemporáneo. La noche del miércoles 16 de julio, a los 88 años de edad, se apagó la vida del pintor que convirtió el color en lenguaje, la ciudad en metáfora, y al pueblo dominicano en un reflejo de sí mismo.
Con él se va una figura insustituible del arte nacional, pero queda una obra robusta, desafiante y profundamente humana que trasciende generaciones.
Un legado pictórico que habla en amarillo
El arte de José Cestero no fue un simple ejercicio estético: fue un manifiesto emocional. Su trazo, su paleta audaz —con el amarillo como firma— y su visión introspectiva hicieron de cada cuadro un espejo crítico de la realidad dominicana. Escenas urbanas, figuras en conflicto, rostros silentes y cuerpos en tensión componen un universo expresionista que no solo observa, sino que interroga.
La directora general de Bellas Artes, Marinella Sallent, expresó el sentir institucional ante su partida:
“José Cestero fue un artista íntegro, cuya obra, tan llena de verdad, emoción y fuerza expresiva, nos acompañará siempre. Su legado es una lección permanente sobre la identidad, la sensibilidad y el compromiso con el arte como forma de vida.”

De Bellas Artes a la vanguardia
José Cestero inició su formación en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde se graduó en 1954. Fue discípulo de figuras emblemáticas como Joseph Fulop, Gilberto Hernández Ortega y José Gausachs. En 1955, continuó sus estudios en la Universidad de Columbia, en Nueva York, experiencia que marcaría una evolución en su estilo.
A su regreso en 1960, se integró al movimiento “Arte y Liberación”, junto a artistas como Silvano Lora, Ada Balcácer e Iván Tovar, en un esfuerzo colectivo por romper moldes estéticos y abrazar una práctica artística con resonancias sociales e ideológicas. Cestero no solo pintaba: participaba activamente en la construcción de una conciencia nacional a través del arte.
Reconocimientos y exposiciones
El compromiso de José Cestero con su obra fue reconocido a lo largo de su carrera. En 2015, el Ministerio de Cultura le otorgó el Premio Nacional de Artes Plásticas, una distinción que consolidó su estatura dentro del panorama artístico dominicano.
Sus obras también fueron premiadas en concursos nacionales como el Eduardo León Jimenes y la Bienal Nacional de Artes Visuales, y viajaron a escenarios internacionales, como el Festival de Cagnes-sur-Mer en Francia. En total, participó en más de 54 exposiciones colectivas y 32 individuales, incluyendo su recordada muestra “Andanzas del Quijote” en el Museo de Arte Moderno en 2005.
El artista y el país: un mismo reflejo
Cestero fue mucho más que un pintor. Fue un cronista visual de su tiempo. A través de su arte, nos mostró la belleza desgarrada de la ciudad, la humanidad de lo cotidiano y la poesía de lo marginado. Su obra no solo retrata, también interpreta. Nos enseña a mirar más allá de la superficie.

Con su partida, la República Dominicana pierde a uno de sus más ilustres creadores, pero gana el deber de preservar, estudiar y difundir su legado. Bellas Artes, al anunciar su fallecimiento, extendió sus condolencias a sus familiares, discípulos y a toda la comunidad artística del país.
Cestero no ha muerto
En cada trazo suyo hay una historia, una denuncia, un sueño o una confesión. José Cestero no ha muerto: ha entrado al panteón de los imprescindibles, de aquellos que no necesitan estar para seguir diciendo, desde el lienzo, lo que muchos no se atreven a pronunciar con palabras.