La película «Justo a Tiempo», dirigida por José Arturo Mojica García, ha llegado a las pantallas de cine con una propuesta de inspiración cristiana. La trama se fundamenta en una frase bíblica que destaca la importancia del tiempo divino: «Tiene un tiempo perfecto: nunca es temprano ni nunca es tarde. Dios nunca tiene prisa, pero siempre llega a tiempo. Vemos en los pasajes de hoy que el Señor es soberano sobre el futuro» (Daniel 4:32).
Respaldada por Caribbean Cinema Films y acogida bajo las facilidades de la Ley Nacional de Cine 108-02, Justo a Tiempo se presenta como una obra que brilla en dos aspectos destacados: su fotografía preciosista e impecable, así como la música que despliega, destacando los géneros evangélicos enriquecidos por excepciones como Alfareros.
A juicio del destacado periodista José Rafael Sosa, la película, iniciada en 2019, exhibe debilidades que podrían haberse previsto, tales como la fragilidad en las actuaciones y la inconexión en la narrativa del guión, evidenciada en quiebres en la continuidad.
«Justo a Tiempo», producida por Mojica Films, se presenta como un título que agradará a una parte significativa de su audiencia, especialmente a los fieles vinculados a iglesias y, en particular, a La Batalla de la Fe, liderada por el pastor Ezequiel Molina y su familia.
La película, sin embargo, peca de esquemática al confundir enfoques, a veces pareciendo más un púlpito que una obra cinematográfica. La crítica se dirige especialmente a la fragilidad de las actuaciones y la falta de fluidez en las interacciones y proyección al público.
A pesar de estos desafíos, la película, alineada con la fe cristiana, ofrece momentos que complacerán a los espectadores comprometidos con la fe, a pesar de que los críticos pueden encontrar áreas de mejora.
Entre los valores destacados de «Justo a Tiempo», se encuentran su fotografía excepcional, que muestra paisajes poco conocidos del ambiente rural alrededor de Punta Cana, y las tomas aéreas impresionantes con drome, evidenciando la destreza técnica del equipo de producción.
El aspecto musical, quizás subutilizado, es un punto culminante, alcanzando altos niveles de belleza estética durante números como los de la fogata y el concurso de canciones.
La película, aunque imperfecta, refleja un proyecto sincero y bien intencionado, destacando valores visuales y musicales que pueden superar las deficiencias evidentes en otros aspectos de la producción. La recomendación final es respaldar «Justo a Tiempo», reconociendo su sinceridad y aportes significativos a través de la música y la estética visual.