Nuevo batacazo del Barcelona. Otro resultado muy negativo en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League ante una Juventus que fue muy superior.
El Barcelona se va a convertir en el equipo que tropieza dos veces sobre la misma piedra. No debió ser suficiente la lección de París porque salió al campo de la Juventus con la misma actitud apática que llevó al ridículo. Independiente de la nueva ubicación para algunos jugadores por la ausencia del sancionado Busquets, no hay explicación para la imagen de unos jugadores que aspiran a convertirse en campeones de Europa.
La Juventus salió al campo con el rigor que exige un partido grande. Presionó y presionó en bloque la salida del balón y enseguida se vio venir el gol. Tardó siete minutos, pero bien pudo ser antes. En un mal balance defensivo, Cuadrado se vio cara a cara con Mathieu, lateral zurdo en este partido, y su pase atrás para un solitario Dybala supuso el primer tanto. Quedó en entredicho la tela de araña que había montado Luis Enrique, con Mascherano muy perdido en el puesto de medio centro.
Con el tanto, la Juventus bajó el nivel de presión y se refugió en su campo para montar el contragolpe mientras el Barça respiró algo. En ese tramo del partido, Messi se inventó un pase de maestro que dejó a Iniesta mano a mano con Buffon. Estaba algo escorado y su disparo fue desviado por el portero. Se cantaba el empate pero el fútbol es así de sorprendente. En la siguiente jugada llegó el dos cero, otra vez de Dybala, en otra mala acción defensiva de Mascherano, que llegó tarde a la marca.
El mal sueño comenzaba a convertirse en realidad. Un duro palo para un Barcelona tan inconsistente como frágil. Solo los destellos de Messi pusieron en apuros a Buffon. Así se llegó al descanso. Mejoró el Barça en la segunda parte, pero solo unos minutos. Fue un espejismo. Un quiero y no puedo. Y pudo ser peor si Higuaín hubiese acertado en el mano a mano con Ter Stegen en un mal achique de la defensa azulgrana.
El calvario tomó forma en el minuto 55 cuando Mascherano cometió un nuevo error. En un saque de esquina se encargó de agarrar a Chiellini en lugar de mirar el balón y el defensa italiano le ganó la partida. Mazazo absoluto. El resultado se convirtió en una losa y el Barcelona fue incapaz de ofrecer una respuesta positiva a la tormenta que tenían encima. Luis Suárez pudo hacer el tanto de la esperanza para la vuelta pero su disparo se marchó fuera.