La nutrición y la salud están relacionadas y trabajan juntas en la prevención y tratamiento de múltiples enfermedades, de ahí la importancia de una buena alimentación balanceada para los pacientes diagnosticados con cáncer pues ayuda a sentirse mejor y mantenerse más fuerte.
La doctora Yeimi V. Ruíz Ruíz, médico especialista en oncología radioterápica del Centro de Radioterapia Integra (RADONIC), nos aclara de que al igual que la alimentación puede aumentar el riesgo de formación de tumores, la naturaleza nos ofrece una gran variedad de alimentos que pueden actuar como protectores tales como: cereales integrales, frutas y verduras frescas son los que con mayor probabilidad nos mantendrán lejos de padecer esta enfermedad.
La especialista explica que de acuerdo a una evaluación de las pruebas generales del régimen alimentario en relación con la prevención del Cáncer publicada por el Word Cáncer Research Fund/American Institute for Cancer Rresearch, concluye que tanto las frutas como las verduras se relacionaron con una «disminución probable del riesgo» de cáncer de la cavidad oral, el esófago y el estómago. También se determinó que las frutas, se relaciona con una «disminución probable del riesgo» de cáncer de pulmón.
La Dra. Ruiz, sugiere que hay que comer de todo un poco, pero siempre con moderación, los alimentos que se consideran más beneficios para evitar la aparición del cáncer son: las legumbres, las nueces, las verduras de hoja verde, las hortalizas, los cítricos, el pescado azul, aceite de oliva, ajo, cebolla, el hígado, los huevos, fresas, melón y manzanas por ello es recomendable introducirlos en la dieta diaria.
En cuanto a los suplementos alimenticios propone que son recomendables siempre y cuando el paciente con cáncer lo necesite, ya que estos les van a ayudar a mantener una buena nutrición y por ende su índice de masa corporal y estado general se van a mantener adecuadamente en el momento de su tratamiento oncológico.
Las dietas hipercalóricos, ricas en grasa y proteínas deben ser evitadas pues son las más peligrosas, junto con algunas formas de cocinar como los hechos al carbón, barbacoa y ahumados.
Por otro lado, el alcohol y la obesidad aumentan el riesgo de cáncer de colon y recto, y posiblemente el de mama, próstata y riñón.
Recomienda llevar un ritmo de vida activo, realizar deporte de manera habitual y constante, además de toda esta actividad física, también se debe cuidar la alimentación, elegir bien los alimentos consumidos y no excederse en aquellos que contengan grandes cantidades de grasa.
Si bien toda persona debe cuidar su alimentación, las mujeres deberán hacerlo de forma más intensa para prevenir esta enfermedad, tratar de permanecer tranquilas, evitando los episodios frecuentes de estrés, de mal genio y procurando mantenerse siempre alegres.