Las partículas de contaminación atmosférica producidas al quemar carbón son mucho más peligrosas para la salud que las de otras fuentes, indica un estudio reciente.
Los investigadores analizaron datos recogidos de 450,000 personas en cien ciudades de EE. UU. entre 1982 y 2004. El equipo del Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York, halló que la exposición a las partículas minúsculas de las emisiones del combustible fósil se asocia con un aumento en el riesgo de enfermedad cardiaca. El combustible fósil incluye al carbón, el crudo y el gas natural.
Los investigadores encontraron que, con un peso equivalente, las partículas producidas al quemar carbón contribuyen unas cinco veces más al riesgo de morir de una enfermedad cardiaca que otras partículas de contaminación atmosférica del mismo tamaño, que es de menos de un diezmilésimo de una pulgada de diámetro (conocida como PM 2.5).
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 2 de diciembre de la revista Environmental Health Perspectives, mientras los líderes mundiales se reúnen en París para la Conferencia sobre el Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas. Los delegados considerarán varias formas de reducir las emisiones de los gases de invernadero.
Los gases de invernadero atrapan el calor y calientan al planeta, según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. La principal fuente de emisiones de gases de invernadero en Estados Unidos es la quema de combustibles fósiles para la electricidad, la calefacción y el transporte.
La contaminación atmosférica mata a tres millones de personas cada año en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Las emisiones de carbón son un factor importante de esta crisis de salud pública, señalaron los autores del estudio. Esas emisiones se deben reducir para bajar la cantidad de muertes provocadas por la contaminación del aire, señalaron los investigadores.
«Estudios anteriores de este tipo básicamente han dado por sentado que todas las partículas PM 2.5 tienen la misma toxicidad, independientemente de su origen», señaló en un comunicado de prensa del Langone el investigador líder, George Thurston, profesor de salud de la población y medicina ambiental.
«Nuestros resultados indican que, con el mismo peso, las partículas por la quema del carbón contribuyen unas cinco veces más al riesgo de mortalidad por enfermedades cardiacas que la partícula de contaminación PM 2.5 promedio en Estados Unidos», añadió.
Los investigadores también encontraron que las partículas PM 2.5 de la tierra transportada por el viento y de quemar madera y otras biomasas eran insignificantes en términos del riesgo de muerte por enfermedades cardiacas.