Al conmemorarse el 11 de marzo el Día Mundial del Riñón, especialista en nefrología recomienda a pacientes diabéticos realizarse evaluación periódica de la función renal.
Los riñones ayudan a eliminar los desechos y el exceso de líquido, controlan la producción de glóbulos rojos, además liberan hormonas que ayudan a regular la presión arterial y mantienen el equilibrio del potasio, calcio y vitamina D.
El correcto desempeño de los riñones es sumamente importante, ya que realizan varias funciones en el organismo manteniendo el equilibrio de todo el cuerpo humano, así lo expone el doctor Alberto Flores, jefe médico de la Unidad de Hemodiálisis y Nefrología del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (CEMDOE).
El mayor problema de esta enfermedad renal es que cursa con pocos o ningún síntoma clínico hasta llegar a estados avanzados cuando ya se ha perdido un porcentaje importante de la función renal, siendo su desarrollo progresivo la parte más grave de esta enfermedad. Declara también que, en términos generales, la diabetes y la hipertensión arterial son responsables de cerca de un 70% de los casos de enfermedad renal crónica.
El especialista de CEMDOE, señala que otras causas de la insuficiencia renal crónica son las enfermedades glomerulares, enfermedades hereditarias como la poliquistosis renal autosómica dominante, enfermedades autoinmunes, patologías obstructivas del tracto urinario y las infecciones del tracto urinario recurrente.
“El solo hecho de padecer diabetes mellitus aumenta de manera importante el riesgo cardiovascular y renal del paciente. La morbilidad por diabetes es una consecuencia tanto de la enfermedad macrovascular (aterosclerosis) como de la enfermedad microvascular (retinopatía, nefropatía y neuropatía. Según un estudio realizado en el año 2018 por el Instituto Nacional de Diabetes, alrededor de un 13% de la población dominicana padece diabetes mellitus”, indica el Dr. Flores.
El trasplante renal
El trasplante renal es el tratamiento indicado para el paciente que llega a una enfermedad renal en estadio avanzado. Todos los pacientes con enfermedad renal, incluyendo los diabéticos, pueden ser trasplantados. Luego del trasplante, los pacientes diabéticos ameritan un seguimiento cercano donde se requiere disciplina y colaboración ya que algunos medicamentos anti-rechazo utilizados regularmente pueden aumentar los niveles de glucosa en sangre.
Terapias de diálisis
El galeno destacó que CEMDOE cuenta con una de las áreas de Nefrología y Hemodiálisis más modernas del país en cuanto a equipos se refiere, y a la vez reveló que, en los pacientes con enfermedad renal crónica, las terapias de diálisis (hemodiálisis o diálisis peritoneal), se reservan para pacientes en estadios avanzados de enfermedad con menos de 10 ml/min de depuración renal. “Una vez se diagnostica la enfermedad renal crónica nuestro manejo busca detener o ralentizar la progresión de esta en el entendido de que no es un proceso reversible”.
Prevención
En cuanto a la prevención el especialista indica que la mejor terapia en estos casos es la prevención. “Todo paciente diabético debe tener, además de un buen control metabólico y seguimiento de su médico endocrinólogo, una evaluación periódica de la función renal. Solo la detección temprana de la enfermedad renal puede evitar o al menos ralentizar la progresión de ésta”.
Agrega que el manejo inicial del paciente debe ser dirigido a mantener un buen control metabólico de la diabetes, presión arterial controlada, dieta supervisada por su nutricionista, evitar la automedicación, buen control de lípidos en sangre y control de la anemia asociada a la enfermedad renal diabética.
Alimentación
A propósito de conmemorarse este 11 de marzo el Día Mundial del Riñón, el nefrólogo explicó que la alimentación juega un papel importante en el buen funcionamiento de los riñones, debido a que algunos alimentos se restringen dependiendo del tipo y el grado de enfermedad renal. “No es lo mismo un paciente con cálculos renales, cuya dieta variará según el tipo de litiasis que tenga, en un paciente con algún grado de enfermedad renal crónica donde la dieta en etapas tempranas se limita a reducir el consumo de sal, harinas y grasas, pero en la medida que progresa la enfermedad tendrá mayores restricciones dietética”.