La gastronomía no solo alimenta el cuerpo, sino que también refleja la historia, las costumbres y la identidad de un pueblo. En la región de Nápoles, en Italia, la comida ha sido un pilar cultural y económico que ha trascendido siglos. Desde la era medieval hasta los tiempos modernos, la cocina napolitana sigue influyendo en la gastronomía global. El Chef Giuseppe Imperato, quien ha pasado la última década en la República Dominicana mostrando su arte en hoteles, restaurantes y eventos relevantes, compartió con nosotros su perspectiva sobre la cocina de su tierra natal y la evolución de la gastronomía contemporánea.
Nápoles: Un legado culinario con historia
La tradición culinaria napolitana es un reflejo de las influencias culturales que moldearon la región. Durante el reinado de los Borbones en el sur de Italia, la comida adquirió un significado simbólico, y muchas de las recetas que hoy conocemos se originaron en este período. La pizza Margherita, una de los emblemas de Nápoles, fue creada por un panadero para honrar la visita de la Reina Margherita. Lo que comenzó como una preparación humilde, con ingredientes simples como tomate, mozzarella y albahaca, se ha convertido en uno de los platos más reconocidos del mundo.
El chef Imperato destaca que la cocina tradicional napolitana no se limita solo a la pizza. También menciona productos como la mozzarella de búfala, una joya culinaria de las regiones cercanas como Battipaglia y Paestum, que se mantiene económicamente gracias a la producción de este queso legendario.
Innovación y tradición: La fusión según Giuseppe Imperato
Giuseppe Imperato, conocido por su enfoque en la cocina fusión y molecular, enfatiza que la gastronomía debe mantener un equilibrio entre la innovación y la tradición. “Es posible innovación integrar con base clásica; esa es la esencia de la cocina fusión, en la cual me considero un vanguardista”, comenta. Sin embargo, advierte que la pasión por la cocina se está perdiendo en las nuevas generaciones. Según él, muchos cocineros jóvenes ven la cocina únicamente como una fuente de ingresos, sin el amor y el compromiso que, para Imperato, son esenciales para preservar la tradición culinaria.
El chef también subraya la importancia de la transmisión de recetas familiares como el alma de la cocina. “Muchas de mis recetas son herencia de mi abuela”, menciona, añadiendo que ha adaptado esas preparaciones mediante una “llave creativa” que las fusiona con técnicas contemporáneas.
El impacto de Giuseppe Imperato en la República Dominicana
Desde su llegada a la República Dominicana hace diez años, Imperato ha compartido su experiencia con la comunidad gastronómica local, aportando su conocimiento tanto en la alta cocina como en la gastronomía molecular. Su influencia ha sido notable en hoteles y eventos de gran relevancia, donde su enfoque innovador ha capturado la atención de comensales exigentes.
Imperato señala que la única manera de mantener estándares altos en la gastronomía es a través de recetas precisas y técnicas rigurosas: “Los estándares de producción y las recetas exactas son la única forma de obtener siempre los mismos resultados”. Esto resuena con su filosofía de combinar tradición e innovación, asegurando que la identidad culinaria se mantenga viva mientras se adapta a los cambios del mercado.
La tradición culinaria como patrimonio vivo
La cocina napolitana, como tantas otras tradiciones gastronómicas, es un legado vivo que se reinventa sin perder sus raíces. El Chef Giuseppe Imperato ejemplifica cómo la tradición y la innovación pueden coexistir, ofreciendo una propuesta gastronómica que conecta generaciones y culturas. En su obra, tanto en Italia como en República Dominicana, se refleja la importancia de mantener viva la esencia de la cocina, transmitiendo conocimiento y pasión a las futuras generaciones.
La gastronomía, como patrimonio cultural, va más allá de los sabores y las técnicas. Es una forma de narrar historias, preservar costumbres y fortalecer la identidad de un pueblo, y gracias a chefs como Giuseppe Imperato, ese legado sigue vivo en cada plato.