La Parroquia San Vicente de Paúl del sector Los Mina en Santo Domingo Este celebró con gran devoción el Día de San Vicente de Paúl, santo patrono de la caridad y la evangelización, con una solemne Eucaristía.
La celebración eucarística fue concelebrada y presidida por el Párroco Pelagio Taveras y estuvo a acompañado por el Padre Gregorio Alegría, Padre Encarnación Miguel, Padre Samuel Reynald, el Padre Ricardo de la rosa y los Diácono Dumy Delisca y Manuel Rodríguez.
Durante su homilía, el Padre Taveras resaltó la profunda labor de San Vicente de Paúl en la evangelización de los más necesitados, destacando las virtudes que él promovió: humildad, sencillez, mansedumbre, mortificación y celo por la salvación de las almas. Estas virtudes, dijo Taveras, siguen siendo fundamentales para la misión de la Iglesia y de todos aquellos que se sienten llamados al carisma vicentino.
El sermón del Padre Taveras también se centró en el legado de San Vicente como precursor de la organización de la caridad. Inspirado por las necesidades de los campesinos y los más desamparados de su tiempo, San Vicente comprendió la urgencia de estructurar la ayuda a los pobres de manera sostenida. Su trabajo en las Misiones y su compromiso con la evangelización no solo transformaron la vida de quienes lo escuchaban, sino que sentaron las bases de lo que sería la Congregación de la Misión, nacida del famoso sermón de Folleville, predicado el 25 de enero de 1617.
El Padre Taveras recordó que San Vicente no comenzó su vida sacerdotal con la intención de dedicarse a los pobres, sino que fue la experiencia de confesiones profundas y el contacto directo con las comunidades campesinas lo que lo transformó. A partir de ese momento, su vida se dedicó enteramente a servir y evangelizar a los más necesitados.
Al final de la celebración, los feligreses se unieron en oración y agradecimiento por la vida y misión de San Vicente de Paúl, comprometiéndose a seguir su ejemplo de servicio y amor por los pobres.
La jornada concluyó con una invitación a continuar la obra vicentina, recordando que la verdadera caridad no solo alivia temporalmente, sino que organiza y transforma vidas de manera duradera.