La manzana es una de las frutas más versátiles que existen en el universo. Sus sugerencias y su simbología son formidables, lo que le ha otorgado cierto papel protagónico en la historia de la civilización a esta maravillosa fruta, cuyos poderes curativos y preventivos son extraordinarios.
Son muchas las anécdotas y las utopías contadas con este singular fruto, desde las debilidades de Adán y Eva, hasta las perversidades de La Reina Grimhilde a la hermosa Blancanieves.
Según algunos religiosos, desde los tiempos mismos de la creación la manzana es la fruta más cultivada del mundo, no solo por su delicioso sabor sino por su facilidad de adaptación a diferentes climas y suelos.
Por proceder de climas muy fríos resiste las más bajas temperaturas, el árbol de manzano ha podido ser cultivado a gran escala en todos los países de clima relativamente frescos, y en particular en todos los de Europa.
Por sus múltiples propiedades nutritivas, esta fruta es considerada como uno de los ingredientes más versátiles en la cocina.
La manzana, a pesar de ser una fruta de otoño, se puede encontrar prácticamente todo el año en los supermercados, y es considerada como la fruta comodín, ya que con ella se puede preparar gran cantidad de recetas, tanto dulces como saladas, sin dejar a un lado el papel que desempeña como postre, durante la cena de Nochebuena.
No siempre se consume tal cual, es decir, cruda, pelada y sin pelar, sino que a veces se corta en trozos diversos para ensaladas o para preparar ricos asados y postres, sobre todo para Navidad.
Existe una enorme variedad de manzanas: rojas, amarillas, verdes, reinetas, cada una con una acidez, textura y sabor diferente.
A esta fruta jugosa y refrescante también se le atribuye un alto contenido medicinal: posee propiedades laxantes, diuréticas, depurativas y antioxidantes, es saludable para el organismo y una fuente de belleza para la piel, el cabello y las uñas.