JUNCALITO, SANTIAGO — En lo alto de la Cordillera Central, donde la neblina abraza las montañas y el café florece entre pinos, la Orquesta Metropolitana de Santiago llevó su arte a nuevas alturas, literalmente. En el marco de las festividades patronales de Juncalito, dedicadas a San Antonio de Padua, la reconocida agrupación musical ofreció un concierto gratuito que fusionó tradición, identidad y emotividad.
El evento se desarrolló en un ambiente cargado de historia y espiritualidad, iniciado con las palabras de bienvenida del sacerdote Darinel Reyes, quien destacó la importancia de acercar el arte a las comunidades rurales. La presentación, realizada ante cientos de lugareños, se convirtió en un símbolo de integración entre la música sinfónica y las raíces culturales dominicanas.
Una sinfonía de dominicanidad
El repertorio de la noche fue cuidadosamente seleccionado para reflejar el alma nacional. Desde piezas de compositores clásicos hasta obras de artistas populares dominicanos, la orquesta interpretó temas como “Mi bendición”, un medley en honor a Víctor Víctor, “Compadre Pedro Juan”, “Todo tiene su hora”, “El cuarto de Tula” y “Caña Brava”. Las notas musicales se entrelazaron con las emociones del público, que respondió con ovaciones espontáneas y coros improvisados.

“Con esta presentación buscamos sembrar cultura en tierra fértil”, expresó uno de los integrantes del equipo artístico, subrayando el interés de la Orquesta Metropolitana de Santiago en democratizar el acceso al arte y generar espacios de inspiración para jóvenes y niños de la región.
Homenaje a una maestra eterna
El concierto también sirvió como escenario para rendir un homenaje póstumo a la educadora Juanita Tejada de Taveras, figura emblemática de la comunidad por su labor incansable en favor de la educación, la fe y la cohesión social. La semblanza de su vida fue leída por su hija, Carmen Yris Taveras, acompañada de sus hermanas Josefina, Rosa y Gladys, quienes recibieron una placa de reconocimiento entre lágrimas, aplausos y memorias compartidas.
“Mi madre fue luz en la oscuridad para muchos. Hoy, la música le rinde tributo”, expresó Carmen Yris, visiblemente conmovida.
Cultura, fe y comunidad en armonía
El evento fue posible gracias al respaldo de la Parroquia San Antonio de Padua, el Ministerio de Cultura, la Fundación Sinfonietta, Misión ILAC y la empresa Camila Casual. Juntos, unieron esfuerzos para brindar a la comunidad una noche donde la cultura fue la protagonista y la música, el puente que unió generaciones.

Con esta presentación en Juncalito, la Orquesta Metropolitana de Santiago no solo ofreció un concierto: construyó un legado. En un mundo donde el arte muchas veces se percibe como lejano, esta agrupación reafirma que la música puede —y debe— llegar a todos los rincones.