Vivir la Semana Santa Jumillana es un espectáculo inolvidable para los sentidos. En ella convergen, las luces del cielo, los cirios y farolillos de los penitentes, el olor a incienso y velas, el colorido de las túnicas, flores, bordados, la majestuosidad y dramatismo de tallas y tronos, junto al sonido de tambores y trompetas.
La Semana Mayor de Jumilla ofrece una experiencia donde la máxima es disfrutar, descubrir y degustar, sin prisa; y vivir una inmersión en la cultura autóctona para sentir las vivencias y sensaciones, como un lugareño más. Te proponemos 5 atractivos y tipismos que ofrece la Semana Santa de Jumilla, donde al ambiente tranquilo y cálido de la ciudad, se suman la gran oferta de actividades y eventos propios de la Semana Mayor.
- TEATRO EN LA CALLE. EL DRAMA SACRO `EL PRENDIMIENTO´.
A media tarde del Miércoles Santo, frente del Palacio del Concejo como escenario, se representa el Drama Sacro “El Prendimiento”, obra en verso de mediados del siglo XIX e interpretada durante más de 150 años, y donde se escenifica cuadros y escenas de la Pasión de Cristo. La representación, de sencilla escenografía y vestuario, a cargo de actores locales, comienza con las conspirativas reuniones del Sanedrín y concluye con la sentencia dictada por Pilatos.
Esta representación al aire libre -a modo de teatro griego, es uno de los actos más emblemáticos y populares de estas festividades por lo que cuenta con gran asistencia de público, especialmente de niños, atraídos por la presencia Lucifer, y su largo parlamento con Jesus en el huerto de la oración y sus tentaciones.
- VISITA A LOS MONUMENTOS, `LAS MANOLAS´.
Durante la tarde del Jueves Santo, las Hermandades y Cofradías, con sus estandartes y bandas de música, desfilan para visitar los monumentos sagrados – altares donde se custodia la Sagrada Forma los días de Jueves y Viernes Santo, levantados para la ocasión en el interior de las iglesias y templos de la ciudad.
Esa tarde, las calles se llenan de bullicio y trasiego, curiosamente al son de pasodobles –machas ligeras y con cierto ritmo, lejos de la música propia de Semana Santa, como cabria esperar. Los distintos cortejos, se conforman por mujeres ataviadas con la tradicional teja y mantilla española. Esta costumbre emula `la Visita de las 7 iglesias en Roma´, y es el pretexto perfecto para conocer y apreciar el patrimonio histórico, religioso y artístico de la ciudad.
- CUANDO LAS CALLES SE TORNAN MUSEOS.
Durante esto días de Semana Mayor, -festividades Declaradas de Interés Turístico Nacional, tendrá lugar hasta 13 cortejos procesionales; de modo que por unos días, las calles se tornan Museos, donde se exhibirán 60 tallas y grupos escultóricos de los mejores artista e imagineros de renombre nacional, tanto del pasado como del presente.
Tan solo con apostarse en cualquier punto del recorrido, podrá presenciar la exhibición artística, popular y cultural en cada uno de estos cortejos procesionales a lo largo de la semana y digno de los mejores museos. Destacar por su valor artístico, la imagen del Cristo Amarrado a la Columna (1756) obra del escultor Salzillo -considerado el mejor imaginario de todos los tiempos. En cuanto a los cortejos, es difícil distinguir unos sobre otros, pues cada cual tiene su interés y encanto en base su antigüedad, rituales y estética. En su conjunto, presentan una gran versatilidad de estilos.
- LA DANZA DE “EL CARACOL”.
Cada Domingo de Resurrección, – a imitación del caracol serrano en su despertar en primavera, se realiza uno de los tipismos más genuinos de su tradición: La Danza del El Caracol. Esta es una danza ritual de carácter tribal y místico, y ejecutada por la Sección de los Armaos de Jumilla de la Cofradía de Jesús Nazareno desde hace más de 166 años.
Los Armaos ataviados con sus mantos, lanzas y rodelas, a ritmo de tambor y el tronar tosco de sus picas, realizan unas pintorescas espirales y figuras que tejen y destejen, arremolinándose en un punto imaginario en torno al Macero, quién brazo en alto porta una maza como guía al resto en su complicado recorrido laberíntico, ayudándoles a no romper el ritmo, el paso, ni la plástica y estética de la danza en sí.
5.INMERSION EN LA CULTURA DEL VINO.
El vino es la esencia de Jumilla, -cuyo significado es `la Fuerza del Vino´. No se puede entender la identidad de Jumilla sin conocer la cultura del vino. De ahí, que sea casi obligación encontrar un rato para visitar a algunas de las muchas bodegas de Jumilla, donde se elabora el vino cuya denominaciones de origen es una de las más antiguas de España, a fin de adentrarse en el mundo de la enología, a través de recorridos por sus instalaciones, la muestra de los procesos de elaboración, y la participación en las catas y degustaciones que ofrecen.
Todas estas bodegas están situadas en un entorno natural rodeado de viñedos y donde al final de la visita, se ofrece una degustación de los vinos acompañada de productos gastronómicos de la tierra. También se podrá degustar un extraordinario almuerzo de cocina típica entre viñedos en familia o con amigos.