Son incontables las propiedades atribuidas al vinagre de manzana: desintoxica el cuerpo, blanquea los dientes, regula el PH del cuerpo, es un desodorante natural, ayuda eliminar las varices y las verrugas, calma las quemaduras del sol y disminuye la presión arterial.
Muchas personas aseguran que, por experiencias propias, han comprobado las bondades de ese astringente que es tan popular como aliño o condimento de cocina y al cual se le ha considerado efectivo para perder peso, aliviar los síntomas de la artritis combatir el colesterol malo y ciertos tipos de cáncer y hasta prevenir el envejecimiento prematuro.
Sobre esta fama de ser fuente de salud y bienestar que ostenta este vinagre, el doctor Andrew Weil (uno de los médicos naturistas más celebres del mundo, cuyos libros se traducen a varios idiomas y constituyen éxitos de ventas) indica que la mayoría de esas bondades que se le otorgan no cuentan con una sustentación científica.
Al parecer, este líquido de olor fuerte (rojizo o amarillento) debe su reputación de tónico para la salud al libro Folk Medicine: A Vermont Doctor´s Guide to Good Health, de D.C. Jarvis. A partir de la publicación de esta obra ha ganado notoriedad como remedio para disminuir kilos y se dice que sus ácidos, minerales y enzimas ayudan a quemar la grasa, tomamos unas cucharaditas antes de comer.
Ahora bien, ciertas investigaciones sí pudieron demostrar que los niveles de azúcar en la sangre disminuyeron ligeramente al ingerir este astringente y otras pruebas con animales apuntan a que podría reducir levemente el porcentaje del colesterol y la presión sanguínea. Pero, repetimos, hasta la fecha no se tienen resultados concluyentes.