Ylonka Nacidit Perdomo ha dirigido el montaje del pabellón en su
honor en el Centro Cultural Banreservas para que las presentes
generaciones descubran el legado de Carmen Natalia.
Escrito por José Rafael Sosa
Cuando se anunciaron las dos figuras literarias a las que se
dedicaría la 24 Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2022,
Carmen Natalia Martínez Bonilla y Pedro Peix, solo quienes
están muy vinculados al quehacer literario nacional, tuvieron una
idea clara de quiénes eran y cuál era la trascendencia de la obra
por la que se les eran merecedores de este homenaje.
Carmen Natalia debió haber recibido la dedicatoria en 2017, año en que se cumplía el centenario de su nacimiento, pero no fue posible, quién sabe por cuales razones. Era una fecha “redonda” como para reconocerla. Pero las cosas se dan cuando se pueden dar. Fue ahora.
La dedicatoria en su honor fue decidida en la gestión de Carmen
Heredia y validada por justicia, por la actual ministra Milagros
Germán. Para la gente joven de hoy, la Feria del Libro 2022 será la
oportunidad para encontrarse con una obra literaria tan desconocida
como sorprendente, y conservada y promovida gracias al empeño
de gestores literarios como Ylonka Nacidit Perdomo, quien ha
entregado largas jornadas a la preservación de su obra y de otras
mujeres escritoras, gracias a la quien fuera la albacea de la
escritora, la dominicana Maricusa Ornes (EPD), que le facilitó la documentación de Carmen Natalia, en la conciencia de que las entregaba a muy buenas manos para la preservación y promoción de esa obra.
La investigadora literaria es la coordinadora de honor del Pabellón de Carmen Natalia, en la 24 Feria del Libro, instalada ya en el Centro Cultural Banreservas, en el cual se presentan imágenes y objetos personales que no son de dominio público.
El pabellón ha de ser un espacio para “enamorar” las presentes
generaciones de la poeta y narradora, respecto de la cual se debe
aclarar que no es una poeta romántica como dice equivocadamente
en algunas biografías y que , irresponsablemente, se sigue
publicando en redes sociales).
La selección del Centro Cultural Banreservas por parte de Nacidit-
Perdomo, Coordinadora Ad Honorem, se debió al conocimiento que
tiene del trabajo de gestión que allí se realiza, con programas
permanentes que cubren literatura, cine (dominicano y clásico),
historia, teatro y otras expresiones.
Sobre La Victoria
En su obra hay una pieza, la novela La Victoria, novela escrita a
principios de los 40 pero recuperada cuarenta años después,
considerada por la crítica por una de las narraciones mejor
estructuradas de la literatura dominicana del siglo XX.
No nos imaginamos la razón por la cual no ha sido objeto de la
atención de algún director o directora de cine en el país, tanto por su argumento, por la relativa baja inversión que supone (pocas
locaciones, sobre todo una residencia con un taller de escultura, en
las cuales se desarrolla casi toda la acción, fortalecida por unos
parlamentos que reflexionan sobre el arte, la existencia y las
facilidades que comporta la Ley Nacional de Cine, la 108-10. Sería
una película de actores, que demanda tremendo desempeño
histriónico.
La sinopsis: Un escultor con una enfermedad terminal decide eternizar la vida a través del arte, y toma de modelo la esposa de su hermano, que entra en celo respecto del artista, quien además
establecen diálogo sobre la estética y la pasión, el amor verdadero,
lo circunstancial de los sentimientos y el sentido de propiedad de lo
amado.
Carmen Natalia, informa Ilonka Nacidit Perdomo, llegó a escribir el
libreto de teatro de La Victoria en la década de los años 40, pese a
lo cual nunca se ha montado para la escena nacional,
probablemente porque nadie sabe de su existencia en ese formato.
Su vida
Carmen Natalia Martínez Bonilla, una de las poetas mejor
valoradas de las letras dominicanas, por parte de críticos y lectores
que han tenido contacto con su obra. Para los jóvenes 2.0 de hoy,
su nombre no dice absolutamente nada. Nació en San Pedro de
Macorís el 19 de abril de 1917. Fue periodista, dramaturga,
novelista y militante contra la dictadura de Trujillo. Su poema Llanto
sin término por el hijo que nunca ha llegado, le mereció el primer premio del Ateneo de Puerto Rico en el 1959, por la belleza de un
cantar de mujer a una criatura que no tuvo, describiendo un mundo
imaginario y anhelado con su cría, del que anhelaba creciera en
libertad.
Carmen Natalia firmó siempre sus trabajos literarios con sus
nombres de pila, sin los apellidos. Cuando preparaba su primer
libro, fue alentada por el poeta Fabio Fiallo. Colaboró en Los
Nuevos y en La Poesía Sorprendida de manera fugaz. No es una
poeta romántica como dicen algunas biografías y como se ha
estado publicando en redes sociales.
También aparecen poemas suyos en los Cuadernos Dominicanos
de Cultura. Su vocación por la palabra la lleva a estudiar Filosofía y Letras en la Universidad, donde no fue aceptada porque firmó una carta contra la expulsión de su tío catedrático José Antonio Bonilla Atiles, pero esa frustración abrió otras avenidas, ya que en mayo de 1937 entró a laborar como jefa de publicidad al Circuito Rialto, en la redacción y distribución de programas radiales, representaciones teatrales, concursos literarios y musicales, foros públicos sobre arte y la dirección de su semanario de información sobre arte y cine.
En 1939, con 22 años, publica su primer poemario: «Alma adentro» y
su pueblo, San Pedro, le rinde un homenaje en el ateneo. Contín
Aybar y Emilio Rodríguez Demorizi la reconocen como “Niña precoz
de la Poesía”.
En 1942 publica su primera novela:» La Victoria», con la que gana el
Premio Internacional Farrar and Reindharte de Novelas Inéditas
Latinoamericanas celebrado en Washington en 1942.