Se trata de los desastres naturales que más víctimas y mayor destrucción han causado a su paso.
Los huracanes son uno de los fenómenos naturales más violentos del planeta. Las personas llaman a estas tormentas con distintos nombres como tifones o ciclones según el lugar donde se producen. El término científico para todas estas tormentas es ciclón tropical. Sólo los ciclones tropicales que se forman sobre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico oriental se llaman «huracanes».
Como sea que se les llamen, todos los ciclones tropicales se forman de la misma manera. Los ciclones necesitan dos ingredientes principales para su formación: aguas cálidas y vientos que no varíen en demasía de dirección y velocidad.
Estas enormes y torrenciales tormentas pueden producir vientos de 119 kilómetros por hora o incluso más, lo que lo convierten en más veloz que el propio guepardo, el animal más rápido sobre la faz de la tierra. Su ferocidad es tal que los vientos de un huracán pueden provocar daños espantosos en edificios, calles, avenidas o árboles.
El motor natural de un huracán se alimenta del aire caliente y húmedo. Las tormentas transportan el calor de la superficie del océano hacia la atmósfera terrestre, pudiendo viajar a miles de kilómetros de los trópicos hacia los polos de la Tierra. Cuando se forma un huracán, los científicos especializados en meteorología predicen su trayectoria y sus características.
Existen cinco tipos o categorías de huracanes -basadas en la velocidad del viento-, según la escala Saffir-Simpson:
- Huracanes de categoría 1: Vientos de 119-153 km / h (más rápidos que un guepardo)
- Huracanes de categoría 2: Vientos de 154-177 km / h (tan rápido o más rápido que la bola rápida de un lanzador en béisbol)
- Huracanes de categoría 3: Vientos de 178-208 km / h (similar a la velocidad de servicio de muchos tenistas profesionales)
- Huracanes de categoría 4: Vientos de 209-251 km / h (más rápido que la montaña rusa más rápida del mundo)
Huracanes de categoría 5: Vientos de más de 252 km / h (similar a la velocidad de algunos trenes de alta velocidad). - Lo que llamamos el ‘ojo’ del huracán es el ‘agujero’ en el centro de la tormenta, donde los vientos soplan ligeros en esta zona y el cielo puede presentarse parcialmente nublado o incluso despejado.
Cada año, las tormentas tropicales se nombran en orden alfabético. Existen seis listas de nombres y estas listas se reutilizan cada seis años. Si una tormenta hace un daño devastador, su nombre puede ser extraído de la lista y sustituido por un nuevo nombre que comience con la misma letra.
La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) controla dos satélites GOES (Geostationary Operational Environmental Satellite) que mantienen sus ojos en los huracanes desde muy lejos de la superficie de la Tierra, a más de 35,800 kilómetros, con objeto de vigilar, informar y prevenir a la Tierra.
Esta es la relación de los huracanes y tormentas tropicales más devastadores desde 1990, tanto en la costa del Pacífico como en el Caribe:
8-21 noviembre 1994.- «Gordon» (categoría 1). Formado cerca de la costa panameña y pese la poca fuerza de sus vientos sus lluvias se convirtió en uno de los más mortales a su paso por Haití, donde perecieron más de 2.000 personas en las inundaciones de Jacmel.
5-10 octubre 1997.- «Pauline» (categoría 4). Causó la muerte de más de 230 personas, cifra que Cruz Roja elevó a 400, y más de 150.000 damnificados. Tocó tierra en el estado mexicano de Chiapas y devastó el Puerto Escondido, en Oaxaca, y el puerto turístico de Acapulco, en Guerrero, donde fallecieron casi 150 personas.
15 septiembre-1 octubre 1998.- «Georges» (categoría 4). Dejó más de 600 muertos. Inicialmente afectó a Puerto Rico para atacar a continuación a la isla de La Española. En Haití fallecieron alrededor de 150 muertos y en la República Dominicana las cifras oficiales cifraron el número de fallecidos en 287, aunque la prensa lo elevó hasta el millar.
22 octubre-5 noviembre 1998.- «Mitch» (categoría 5). El peor del siglo XX, provocó al menos 18.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, unos 3,4 millones de damnificados y enormes daños materiales en Centroamérica, cifrados en unos 6.018 millones de dólares, según la CEPAL.
4-6 octubre 1999.- Una depresión tropical provoca la muerte de 341 personas y casi 400.000 damnificados en los estados mexicanos de Puebla, Tabasco, Veracruz, Puebla e Hidalgo.
13-28 septiembre 2004.- «Jeanne» (categoría 3). Deja alrededor de 3.000 muertos y más de 300.000 damnificados en Haití, sobre todo en la zona de Gonaives. También afectó a Florida y República Dominicana.
23-30 agosto 2005.- «Katrina» (categoría 5). Causó 1.836 muertos, de ellos al menos 1.577 en el estado de Luisiana, 238 en Misisipi y 14 de Florida. Inundó los tres estados y sobre todo la ciudad de Nueva Orleans. Hubo 1,5 millones de damnificados y los daños se cifraron en 81.000 millones dólares.
1-5 octubre 2005.- «Stan» (categoría 1). Toca tierra por la ciudad mexicana de San Andrés de Tuxtla (Veracruz). Deja alrededor de 2.000 muertos y desaparecidos, de ellos en Guatemala 670 muertos y 850 desaparecidos; 82 muertos en el estado mexicano de Chiapas; 69 muertos en El Salvador. También causó muertes en Nicaragua, Honduras y Costa Rica.
31 agosto-5 septiembre 2007.- «Félix» (categoría 5). Deja 237 muertos, de ellos 232 en Nicaragua, donde destruyó más de 20.000 viviendas, y los 5 restantes en Honduras.
29-30 mayo 2010.- La tormenta «Agatha». Causa al menos 191 muertos y cientos de miles de damnificados en Centroamérica. En Guatemala causa 160 muertos y 37 desaparecidos, y el resto en El Salvador y Hondura.
13-19 septiembre 2013.- «Manuel» (categoría 1). Causa 123 muertos en México, de ellos 97 se produjeron en un alud en la comunidad de La Pintada, en Guerrero. También azotó los estados de Coahuila, Chihuahua y Durango.
Finalmente el mes de agosto del 2017 cerró con el Huracán Harvey, considerado como el huracán más fuerte y con más daños materiales que ha tocado tierra en Texas, Estados Unidos, como un huracán mayor. Ha sido la primera tormenta de tal intensidad en golpear los Estados Unidos desde el huracán Wilma de la temporada de 2005 y la primera en llegar al estado desde el huracán Bret de la temporada de 1999. También es el primer fenómeno meteorológico de este tipo que llega a Estados Unidos con una intensidad de categoría 4 desde el huracán Charley en 2004. Es el primer huracán que golpea el estado de Texas desde Ike en 2008. También es el huracán más fuerte en el golfo de México desde el huracán Rita en 2005.