La noche del miércoles tuvo lugar la gala Salute to Freedom 2021, en el Sea-Air-Space Museum de Nueva York, evento que reconoce y honra a quienes sirven en defensa de la nación. Allí se dieron cita el príncipe Harry y Meghan Markle, quienes tras su paso por la alfombra roja se llevaron todas las miradas (y no era para menos). La duquesa de Sussex vuelve a pisar una red carpet tras dar a luz a su pequeña Lilibet Diana, y lo hizo con un espectacular estilismo que la convirtió en la reina de la noche.
Posiblemente no haya un color más imponente que el rojo pasión, y ese fue el tono escogido por Meghan. Era obvio que sería el centro de atención, por lo que había que escoger un vestido que hablara por sí solo, como el que llevó, de la colección Pre-Fall 2022 que lanzará Carolina Herrera el año que viene.
Wes Gordon, actual diseñador de la firma, creó para la duquesa una pieza espectacular compuesta por una doble falda: una tubo a la que añadió otra falda abierta acampanada de la misma tela. Lo que más sorprendió del diseño fue su pronunciado escote y abertura en la falda, detalles que sin dudas se alejaban de los protocolos del palacio, pero que igual mantenía la elegancia.
Como el vestido era el gran protagonista, Meghan optó por completar su estilismo con un maquillaje sutil y un moño de bailarina. En cuanto a accesorios, llevó unos zapatos slingbacks con hebilla de cristal en el lateral de Giuseppe Zanotti, unos aretes de diamante de la marca Birks y un brazalete que pertenecía a su suegra, la princesa Diana.
Para demostrar que llevan muy presente a Reino Unido pese a que desde que renunciaron a sus privilegios como miembros de la realeza residen en California, tanto Harry como Meghan decidieron llevar la amapola del recuerdo (remembrance poppy) en sus atuendos, a modo de rendir homenaje a quienes han combatido en algún conflicto bélico en nombre de las fuerzas armadas británicas. El príncipe lo incluyó en la solapa de la chaqueta de su traje, mientras que la exactriz lo usó en uno de los tirantes de su vestido