Un proyecto transformador ejecutado por Agro Rural, en colaboración con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) y el Gobierno de Perú, ha logrado impulsar el desarrollo de más de 50,000 familias rurales en situación de vulnerabilidad en el VRAEM. Este proyecto, llamado «Proyecto de Desarrollo Territorial Sostenible», ha permitido mejorar los medios de vida de las comunidades en 33 distritos de Apurímac, Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Junín.
Durante los años 2017 y 2022, se llevó a cabo este proyecto con una inversión conjunta de 230 millones de soles. El Gobierno del Perú aportó 120 millones, el FIDA contribuyó con 88 millones y la población participante aportó 22 millones. El 28 de junio se celebró un evento de clausura en Lima, al que asistieron autoridades gubernamentales y representantes del FIDA, así como cientos de productores rurales que celebraron los logros alcanzados.
Jorge Arrelucé Delgado, Coordinador Ejecutivo del proyecto, destacó el enfoque de inclusión social y productiva del proyecto, que ha permitido aumentar los activos humanos, sociales, naturales, físicos y financieros de la agricultura familiar. El proyecto ha tenido un impacto significativo en el empoderamiento económico de las mujeres y los jóvenes, fomentando la igualdad de género en la toma de decisiones de los negocios agrarios y emprendimientos rurales.
Uno de los casos de éxito destacados es el de la Asociación de Productores Artesanales Pokiri de la Comunidad Nativa de Koribeni, ubicada en el Cusco amazónico. Gracias al proyecto, esta asociación logró constituir un Comité de Mujeres reconocido dentro de la estructura de su comunidad, lo que ha permitido fortalecer la participación femenina en la toma de decisiones. Además, estas mujeres han adoptado tecnología y maquinaria para la producción y comercialización de textiles y artesanías, preservando al mismo tiempo sus tradiciones indígenas.
Juan Diego Ruiz, Representante del FIDA en el Perú, destacó que el proyecto se encuentra entre las iniciativas de mejor desempeño apoyadas por el FIDA a nivel mundial. Los logros alcanzados han dejado enseñanzas y buenas prácticas sobre cómo llevar a cabo el desarrollo territorial con una amplia participación comunitaria. Estos estándares se utilizarán en el diseño de nuevos programas conjuntos entre el FIDA y Agro Rural.
El proyecto ha impulsado la planificación estratégica de los negocios rurales y ha promovido la visión de futuro de las comunidades a través de los «planes de vida», en los que los pueblos indígenas definen su visión de desarrollo en comunidad. Se han ejecutado 175 planes de desarrollo territorial en comunidades campesinas de la región andina y 29 planes de vida en la región amazónica del Perú. Además, se han llevado a cabo obras de conectividad e infraestructura territorial, como el mantenimiento de caminos, la cosecha de agua y la rehabilitación de sistemas de riego.
El proyecto ha beneficiado a diversas cadenas productivas, incluyendo la pecuaria, agrícola, agroindustria, apicultura, artesanías, acuicultura, gastronomía, forestal y turismo. Estas actividades han contribuido a mejorar los ingresos de las familias rurales y fortalecer su capacidad agraria.
El proyecto también ha sido reconocido a nivel internacional. En 2021, recibió el «Premio de los Pueblos Indígenas» otorgado por el FIDA, gracias a la ejecución del plan de vida de la comunidad nativa de Sensa, en la región Cusco. Este plan ha fortalecido la gobernanza y el bienestar común en la comunidad, con un enfoque de gestión ambiental y territorial.
El FIDA, como institución financiera internacional y organismo especializado de las Naciones Unidas, ha invertido en proyectos rurales para empoderar a las personas y ayudarles a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y fortalecer su resiliencia. Desde 1978, el FIDA ha destinado más de USD 24,000 millones en donaciones y préstamos a bajo interés para financiar proyectos en países en desarrollo.
El proyecto de desarrollo territorial sostenible en el VRAEM demuestra cómo la colaboración entre el Gobierno, el FIDA y las comunidades rurales puede generar un impacto positivo duradero en la vida de miles de familias, fortaleciendo la agricultura familiar y mejorando los medios de vida en las zonas rurales del Perú.