Cuando ya no puedes más, ahí empieza Dios
Santo Domingo Este. – En una emotiva celebración eucarística correspondiente al Trigésimo Domingo del Tiempo Ordinario, presidida por Monseñor Manuel Antonio Ruiz y concelebrada por los sacerdotes Germán Díaz, Alejandro Valera, Domingo Vásquez, P. Elías y el diácono Jesús Alberto, la Diócesis Stella Maris vivió una jornada de profunda reflexión sobre la humildad, la fe y la importancia de la oración familiar.
Durante su homilía, Monseñor Ruiz presentó con claridad el mensaje del Evangelio, destacando los dos modelos de actitud que Jesús enseña: el del orgulloso que se exalta a sí mismo y el del humilde que se reconoce pecador ante Dios.
“El problema del orgullo —expresó el prelado— es que se nos sube a la cabeza y no permite que cambiemos. Dios no escucha al que se cree perfecto, sino al que reconoce su necesidad de misericordia.”

El obispo exhortó a los fieles a examinar su vida espiritual con sinceridad, evitando las apariencias y los juicios hacia los demás. “No se trata de hacer obras para ser vistos, sino de vivir con coherencia, cuidar la familia, hablar con amor y practicar la fe con el corazón”, subrayó.
Con tono cercano y pastoral, Monseñor Ruiz invitó a mantener la oración en el hogar, como fuente de fortaleza espiritual y unión familiar:
“Ore con su familia, aunque sea breve. Enséñeles a sus hijos a hablar con Dios a su manera. Si se le olvidan las oraciones, invéntelas, pero háblele al Señor. Él siempre escucha.”
El mensaje también fue un llamado a no perder la fe ante las pruebas, recordando que Dios actúa cuando el ser humano siente que ya no puede más:
“Cuando ya no puedes más, ahí empieza Dios. Cuando el peso de la vida te supera, ahí el Señor se ocupa de todo. Por eso, cuando tengas muchos problemas, celebra, porque está cerca tu liberación.”
La eucaristía concluyó con un ambiente de esperanza y compromiso espiritual, donde el obispo animó a los fieles a mantener la oración constante y a confiar plenamente en la presencia de Dios:
“El Señor siempre está a nuestro lado, aunque a veces no lo veamos. Él nunca se va, siempre permanece con nosotros.”
