PANAMÁ. El exdictador Manuel Antonio Noriega, que gobernó de facto Panamá entre 1983 y 1989, hasta ser derrocado por una invasión de Estados Unidos, murió este lunes a los 83 años en un hospital público panameño, donde estaba recluido en estado crítico desde marzo pasado.
“Este es un momento de dolor”, dijo su hija Sandra mientras huía de los medios, esta madrugada, a la salida del Hospital Santo Tomás, el más importante del país y en el que ingresó Noriega el pasado 6 de marzo, un día antes de serle extirpado un tumor cerebral benigno.
Se trata de la única declaración de la familia del exgeneral, que, según los medios locales, falleció a las 23.00 hora local del lunes (04.00 GMT del martes), tras pasar más de dos meses en terapia intensiva tras ser operado.
El abogado defensor del otrora “hombre fuerte” de Panamá, Ezra Ángel, se limitó a responder a Efe con un “confirmado” al ser preguntado sobre la muerte de Noriega, al tiempo que pidió respeto por la familia en estos momentos.
El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, dijo en un mensaje en Twitter que el fallecimiento de Noriega “cierra un capítulo de la Historia” del país centroamericano.
“Muerte de Manuel A. Noriega cierra un capítulo de nuestra historia; sus hijas y sus familiares merecen un sepelio en paz”, expresó Varela en la red social.
El “cara de piña”, como era conocido popularmente, gobernó Panamá con puño de hierro entre 1983 y 1989. Fue un reconocido agente de la CIA especializado en operaciones de contrainteligencia y sus detractores le acusaban de participar en el tráfico de drogas y en el contrabando de armas.
Pasó sus últimos días en estado crítico en el hospital capitalino, al que llegó procedente de la casa de su hija Sandra gracias al arresto domiciliario temporal autorizado por la Justicia el pasado 28 de enero, para que cumpliera adecuadamente el pre y el postoperatorio.