La actriz logra uno de los puntos más altos de su carrera, que parte de la vieja, divertida, angustiante y vendible la lucha de los géneros, exquisito plato servido, con algunas deudas interpretativas y argumentales.
José Rafael Sosa
Todos los hombres son iguales bien asimila el criterio de hacer un cine Iberoamericano de proyección internacional, debe ser vista por encima del criterio localista de otras comedias a las que llega el tiempo de revisar a fondo por su propio crecimiento.
La producción, que presenta algunas deudas interpretativas y fallos argumentales, pero su discurrir general provoca oleadas incesantes de carcajadas que deberán llevarla a un lugar destacado las cifras de venta de boletas este año.
A estrenarse este jueves en 50 salas de cine del país, y con un itinerario para estrenos en Perú, Puerto Rico y otros países, siguiendo una trayectoria de internacionalización que estimula la plataforma de los Premios Platino.
Los productores han partido de un criterio internacional al designar un director español, de seleccionar un título que ya estaba probado con una película homónima, cuyo guión original, escrito por Joaquín Oristel, Yolanda García Serrano, Juan Luis Iborra, y el propio director Manuel Gómez Pereira y que le representó en 1994 su primer Premio Goya a la actriz barcelonesa Cristina Marcos (una de las chicas Almodóvar- Tacones Lejanos, 1991-), procurando conquistar risas…y mercados por la vía de una platea necesitada de motivos para reír y dispuesta a pagar por ello una boleta. Intentar juzgar esta comedia sin entender que corresponde a la un director internacional, puede resultar equívoco.
En esta versión hispano-caribeña-sudamericana, el peruano Christian Meier, el argentino Mike Amigorena y el dominicano Frank Perozo, asumen los roles que ya antes hicieron Imanol Arias, Antonio Resines y Juanjo Puigcorbé.
La trama, atrapante y deliciosa, es la misma: Tres hombres divorciados, un piloto, un arquitecto y un entrenador de pelota, se conocen durante un vuelo, se identifican al toque al comprobar que sus procesos de manipulación conquista, tienen enorme parecido y acuerdan compartir estilo de vida y casa, pero necesitan quien haga el duro trabajo de los oficios, para lo que llaman una asistente doméstica, que llegara pero para cambiarles la vida.
Un robo….
Naslha Bogaer, se roba la producción la película por la gracia y soberbia actuación, hace el papel que correspondió antes a Cristina Marcos, y el director Gómez Pereira repite en su rectoría de todas las acciones de una producción llamada a complacer el público, gestando oleadas de carcajadas.
La Bogaert aporta una chispeante frescura chispeante y una autenticidad singular al lograr el punto exacto de la carga normativa, cuestionadora y moralizante, de su personaje frente a tres machos cabríos neo-machistas, a los que se les transformará en la horma de sus zapatos.
Naslha y Perozo, se lucieron como pareja en ¿Quién manda? (Ronny Castillo/2013), un fenómeno de taquilla con que Larimar Films dejó sentado su afinado criterio de productora dispuesta a dejar huellas en la inmensa pantalla blanca y a trabajar la industria con sentido artístico y comercial.
Los talentos de apoyo
Resulta complaciente para el ojo del cinéfilo que se disfrute las actuaciones, ciertamente bien manejadas, de Georgina Duluc, – audaz e intensa-; Hony Estrella, quien muestra su destreza histriónica; Lummy Lizardo, – sencillamente brillante y sincera- Raeldo López, brevísimo y de grácil efectividad; Hensy Pichardo, de veteranía a toda prueba. Josué Guerrero, notable con excepción del papelazo del macanazo sin razón y sin consecuencias a que lo compele un fallo de guión.
Logros
La técnica es impecable: excelencia en sus originales créditos de código comic, una fotografía de vivos colores y precisión cromática, el universo sonoro (música original, los efectos de sonido) y una correcta dirección de arte. El fallo lo encontramos en el ritmo, que encontramos lento respecto de las comedias internacionales actuales, hecho vinculado al criterio (respetable) de un director que hace 22 años fue el mismo de la versión original.
Los fallos
En esta versión, 22 años pasados, el guión es re-escrito por Gómez Pereira y el dominicano Miguel Alcántara, para la productora Bou Group, de José Ramón Alana y la colaboración en la producción ejecutiva de Héctor Manuel Valdez (que está finalizando en Madrid una prometedora comedia de acción y efectos especiales), no todo es perfecto.
Hay discontinuidades argumentales, algunas situaciones forzadas, inmotivadas o realizadas sin mucho sentido (como el macanazo del policía, al piloto, quien no aparecerá posteriormente lesionado) algunos giros interpretativos masculinos que se notan falsos o carentes de la suficiente fuerza actoral; el ritmo en general es lento – como marcado por el ritmo de las décadas de los 80´s.
Todos los hombres son iguales es una comedia que debe verse, y disfrutarse, muy dirigida al mercado internacional iberoamericano, y se aparta del patrón de las realizadas para el temporal, limitado y en oportunidades, descartable uso localista.
Sinopsis
Tres hombres divorciados, un piloto, un arquitecto y un entrenador de pelota, se conocen durante un vuelo, se identifican al toque al comprobar que sus procesos de manipulación conquista, tienen enorme parecido y acuerdan compartir estilo de vida y casa, pero necesitan quien haga el duro trabajo de los oficios, para lo que llaman una asistente doméstica, que llegara pero para cambiarles la vida.