El geólogo y ambientalista Osiris de León es de opinión que la sociedad dominicana debe cambiar la forma de gestionar los residuos sólidos urbanos.
En ese sentido, el experto entiende que los desechos producen grandes dolores de cabeza en todas las ciudades del país, como los conocidos casos de Duquesa en Santo Domingo, Puerto Plata, Haina, Villa Altagracia, La Vega, etc.
De León asegura que cada municipio debe desarrollar una solución estructural y ambiental basada en el aprovechamiento racional de la basura como materia prima reciclada, y para la producción de energía, como ya ha sido aprobado en San Pedro de Macorís, ciudad que será pionera en el país en la utilización de sus desechos sólidos para producir 55 MW de energía eléctrica.
“El grave problema de la contaminación ambiental de las aguas superficiales y subterráneas que se genera en los vertederos de basuras a cielo abierto hay que resolverlo de una vez y por todas”, dijo el ingeniero Osiris de León, experto en temas ambientales, quien advierte que “los ciudadanos no debemos conformarnos con el simple esquema de ver un camión recolector que pasa frente a nuestros hogares y se lleva los desperdicios para lanzarlos en un botadero a cielo abierto, y a partir de ahí “nos desentendemos porque creemos que ya terminamos con el problema, y no es así, porque debemos darle seguimiento a los impactos ambientales, sociales y sanitarios generados por las basuras depositadas a cielo abierto”.
El experto asegura que durante años la ciudad de Santo Domingo ha tenido un dolor de cabeza con el vertedero de Duquesa debido a que por ser un botadero a cielo abierto genera frecuentes incendios, humaredas, malos olores, ratas, insectos, y lixiviados que contaminan al río Isabela y desde el Isabela llegan al río Ozama y al mar Caribe.
En ese orden, opina que mucha gente no se percata de la gravedad del problema de esas basuras hasta que le llega esa humareda que afecta su salud y su vida diaria, o hasta que llega una tormenta que inunda de basuras las playas del malecón de la Capital, como ocurrió en julio de 2018 durante el paso de la tormenta Beryl, la que arrastró toneladas de basura hasta el mar Caribe y fuimos noticia de primera plana en todos los periódicos del mundo, y eso afectó nuestro turismo porque en el extranjero se creía que todas las playas dominicanas estaban en iguales condiciones.
De León, entiende que en las zonas turísticas y en las ciudades costeras no se debe seguir vertiendo basuras a cielo abierto, porque en una región tropical como la nuestra muchas veces llueve de manera torrencial, y cuando esas aguas ligeramente ácidas entran en contacto con los metales de la basura depositada a cielo abierto se genera un lixiviado negro, cargado de metales pesados y de bacterias, el cual es altamente tóxico y altamente contaminante, y ese líquido contaminante se infiltra en el subsuelo calizo poroso, fluye subterráneamente hacia el mar, y contamina las playas que representan el principal potencial económico del país, y bajo ninguna circunstancia las basuras se deben convertir en un peligro para nuestro turismo.
El reconocido ambientalista explicó que ya no debemos abogar por las soluciones que se planteaban 20 años atrás, cuando se planteaba que la solución era tener un relleno sanitario en cada demarcación, pues ya estamos en el siglo XXI, y ahora lo que se plantea es el aprovechamiento racional de los desechos sólidos como se hace en Europa y en Estados Unidos, donde la basura en lugar de ser un problema ambiental es una materia prima esencial que se recicla o se usa para producir energía eléctrica.
Ese nuevo modelo ya comenzará a ser aplicado en la República Dominicana, teniendo a San Pedro de Macorís como primer modelo, donde los desechos sólidos serán transformados en materia prima y en energía, “porque de esa forma se resuelven dos problemas simultáneamente, por un lado eliminamos de las calles los cúmulos de basura y por el otro lado utilizamos la basura como materia prima y para la producción de energía eléctrica, en un país donde todos aspiramos a tener energía permanente durante 24 horas/día”.