El reguetonero puertorriqueño sigue construyendo una narrativa visual que trasciende la música y lo posiciona como referente emergente del estilo latino contemporáneo.
La noche vibraba con la energía propia de un espectáculo de Shakira, pero hubo un momento en que las luces parecieron detenerse sobre otra figura: Ozuna. No solo por su participación escénica junto a la superestrella colombiana, sino por la declaración silenciosa —aunque potentemente visual— que hizo a través de su atuendo.
Ozuna no canta solamente con la voz. También lo hace con su ropa.
El intérprete boricua apareció en escena enfundado en una chaqueta oversize de cuero marrón, con un acabado liso y minimalista que evocaba sofisticación urbana. La combinó con pantalones cargo de corte utilitario y botas de silueta vanguardista en tonos beige, logrando un equilibrio entre la estética callejera y una visión casi futurista del vestir. Como toque final, gafas con lentes transparentes en rosa fucsia, un Rolex de acero inoxidable y una cadena de diamantes que, bajo los flashes, parecía competir con el brillo del escenario.

El conjunto no fue una casualidad. Fue una declaración.
Una de esas apariciones que confirman lo que ya se viene intuyendo en las alfombras rojas y apariciones públicas del artista: Ozuna está construyendo una narrativa visual con intención. No improvisa. Está rodeado de un equipo estilístico que entiende cómo la moda puede expandir el lenguaje del artista y convertir su figura en un ícono pop integral.
En tiempos en que la industria musical se entrelaza cada vez más con el mundo de la moda, no basta con sonar bien; hay que verse inolvidable. Y en ese juego, Ozuna parece estar encontrando su propia voz estética, una que combina el desenfado del reguetón, la herencia caribeña y la sofisticación de un lujo contemporáneo no ostentoso, pero sí cuidadosamente articulado.
Este giro estilístico no es solo un guiño a la vanidad o al espectáculo, sino parte de un fenómeno más amplio: la transformación del artista latino como embajador global de cultura, diseño y representación. Como Bad Bunny en el MET Gala o Rauw Alejandro en sus editoriales para revistas de moda, Ozuna se suma al club de quienes entienden que la ropa también canta.
Y si lo visto en el concierto de Shakira fue una pista, todo indica que Ozuna no solo sigue marcando el ritmo en los charts, sino también en las siluetas y colores de la moda urbana latinoamericana.