El pollo es prácticamente una de las proteínas imprescindibles en la mesa de los dominicanos en la cena de Nochebuena. Y no es sólo por la versatilidad de su carne, sino por su economía y fácil preparación.
Sin embargo, a la hora de preparar el pollo al horno, no todos conocen los trucos para lograr un pollo jugoso por dentro y crujiente por fuera.
Es por esta razón, que hoy compartimos tres trucos esenciales para sorprender a los comensales gracias al portal Hola.com
1.- Cómo sazonar el pollo para asar
Cuando se prepara pollo al horno, un importantísimo paso al que no se le suele prestar la atención que requiere es el momento del salpimentado, es decir, del añadido de la sal y la pimienta. A menudo, solo se salpimenta el exterior. ¡Error!, ya que, también, debes hacer lo propio en el interior, puesto que este aderezo, durante el horneado, se distribuirá por toda la carne y así lograrás jugosidad interior y un sellado de la piel para que quede crujiente.
2.- Trucos para conseguir que quede más jugoso
Para evitar que tu pollo asado te quede muy reseco, un consejo es frotarlo con agua y/o aceite de oliva justo antes de introducirlo en el horno. De esta manera, retendrá algo más de humedad, estará protegido ante la elevada temperatura del electrodoméstico y conseguirás retener los propios jugos del alimento.
Otro truco para dotarle de jugosidad y aportarle un toque de sabor especial, es untarlo con una mantequilla aromatizada. Esto es tan sencillo como batir mantequilla sin sal, a temperatura ambiente, con las especias y/o hierbas aromáticas picadas o molidas que consideres oportunas, las que más te gusten, y meterla en la nevera para que coja cuerpo. La sacas y untas bien la mezcla entre la carne y la piel de todo el pollo masajeándolo bien. Lo dejas reposar unos minutos y al introducirlo en el horno, se derretirá y le aportará una jugosidad y un aroma increíbles.
Un poco de zumo de limón y de algún licor como brandy es otra opción para aromatizar nuestro pollo pintando toda su superficie con este aderezo ayudándonos con una brocha de cocina. Incluso, un limón o una naranja previamente lavados, secos y cortados por la mitad, también le van de cine, al igual que un majado de ajo y perejil.
3.- Es imprescindible precalentar el horno
Es probable que ya lo hagas, pero si no, no está de más recordarlo, porque precalentar el horno es un paso de esencial importancia para lograr nuestro objetivo. Para que nos quede el interior jugoso y la piel crujiente y evitar que se reblandezca, tienes que marcar previamente, unos 10-15 minutos antes, el termostato a una temperatura de 180-200ºC, con calor arriba y abajo y el ventilador conestado, e introducir la cazuela o fuente donde vayas a hornearlo.