Apegados a la tradición de recordar a nuestros seres queridos que han partido, Parque Cementerio Puerta del Cielo celebró junto a más de 900 personas su tradicional misa por el día de los fieles difuntos.
La santa misa fue oficiada por Su Excelencia Reverendísima Monseñor Faustino Burgos Brisman, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, el cual fue asistido por el Reverendo Padre Roberto Solano.
El Monseñor Faustino Burgos afirmó que para los cristianos “la muerte no tiene la última palabra porque vivimos en la esperanza de la resurrección a la vida eterna en comunión con Cristo” y motivó a los presentes a visitar sus fieles difuntos, los cuales son patrimonios de nuestras familias y a compartir los aportes de estas personas a las futuras generaciones, con el propósito de promover valores familiares, sociales y culturales.
La santa misa fue cantada por las celestiales voces del Coro Matices, dirigido por la reconocida maestra Elsa Paulino Camilo, quienes amenizaron un ambiente musical permanente en el camposanto.
Luego de la misa se realizó como tributo en memoria de los fieles difuntos, una actividad denominada el “Árbol de los Recuerdos”, donde las familias presentes tuvieron la oportunidad de escribir hermosos mensajes en hojas verdes alegóricas al color de los árboles y la naturaleza del camposanto.
Leonardo Vargas, Presidente Ejecutivo de Puerta del Cielo expresó, “Ante todo queremos agradecer a Dios por todas las personas que hoy recordamos con amor, y aprovecho para reiterar nuestro compromiso de servirle y garantizarle siempre un entorno digno, seguro y lleno de paz a sus seres queridos”. En ese mismo orden, el Sr. Vargas, informó “Es grato para nosotros anunciarles que el próximo mes Parque Cementerio Puerta del Cielo dará el primer picazo para la construcción de nuestra Iglesia y dos Capillas de Velación”.
Luego las familias presentes disfrutaron de un rico brindis preparado para la ocasión y fueron asistidas por un equipo profesional de Asesores Familiares, mientras que un violinista se paseaba entre las familias que visitaban a sus seres queridos tocando música clásica y cristiana, creando un ambiente sublime.