La llegada inminente del COVID-19 no solo ha provocado miedo y alarma entre los dominicanos, sino que los ha obligado a incorporar cambios en sus hábitos de vida y les ha impuesto un recogimiento social, que si bien es imprescindible en estos momentos para conservar la salud corporal puede afectar la mental.
Esta opinión es sustentada por varios psicólogos y psiquiatras, quienes señalan que en la actualidad, además de las otras medidas adoptadas por el Gobierno para frenar el avance de la pandemia, tanto la cuarentena y hasta el toque de queda decretado, son totalmente acertadas y que pueden ayudar a salvar vidas.
Ante la expansión a nivel mundial del coronavirus y la avalancha de noticias recibidas sobre el vertiginoso crecimiento del número de contagiados y fallecidos; los dominicanos (por idiosincrasia expresivos, amistosos, solidarios y dicharacheros) han tenido que acogerse a un estado de aislamiento.
En nuestra cultura, el acercamiento físico, los besos y los abrazos siempre han sido formas de manifestar cariño, pero ante la realidad que vivimos y las posibilidades de infectarnos o infectar a otros con el COVID-19, la mayor muestra de amor que podemos dar es abstenernos de ofrecerlos.
Señalan profesionales de la salud que la falta de interacción social y el encierro impuesto puede ocasionar en muchas personas un malestar emocional que se manifiesta en depresión ansiedad, irritación y aburrimiento, sentimientos que podrían repercutir en molestias corporales.
El periódico argentino NFOBAE transcribe las declaraciones que en ese sentido hizo el psicoanalista Jorge Eduardo Catelli, quien sostiene que “el aislamiento social, y más particularmente en los grupos de riesgo por edad, tiene graves consecuencias en relación con la salud psíquica.
Afirma Catelli que hay estudios que demuestran que la soledad puede activar nuestra función de lucha o huida, causar inflamación crónica y reducir la capacidad de defensa del cuerpo, por eso, aunque el aislamiento es la respuesta correcta al Coronavirus, requerimos exactamente lo contrario en respuesta a la epidemia de soledad.
En la misma publicación, se plantea una interrogante: ¿Cómo podemos cultivar el bienestar social mientras evitamos la infección? La misma es respondida con un consejo que ofrece Sergio Grosman, médico psiquiatra, vicepresidente del capítulo Psicoterapias de la Asociación de Psiquiatras Argentinos.
Grosman reconoce que ante la situación que vivimos muchos experimentarán temor, pero recomienda tener un propósito ante las actuales restricciones, porque nos da sentido y si bien no elimina el malestar, nos ayuda a sobrellevarlo mejor, pues al recordar por qué estamos limitándonos, nuestra angustia cobraría un sentido superador.