Este espacio utilizado en la enseñanza de la anatomía es único en el país, y un patrimonio de gran valor histórico para la academia y la nación.
La doctora Emma Polanco Melo, rectora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), dejó formalmente reinaugurado el Anfiteatro Maestros Dominicanos de la Anatomía, espacio dedicado a la docencia que se suma a otras áreas que habían sido previamente acondicionadas en el Instituto de Anatomía.
Polanco Melo, dijo sentirse feliz al poder entregar a la comunidad docente y estudiantil el Instituto de Anatomía totalmente remozado, para que puedan impartir y recibir una docencia con la calidad que ameritan los nuevos tiempos.
“Tan pronto llegamos a la rectoría este fue mi primer proyecto, aquí fue donde iniciamos, porque no es sólo un compromiso, es la calidad de ciencias de la salud de la República Dominicana, la que está comprometida en este espacio”, así se expresó la rectora al resaltar la importancia de la intervención realizada al conjunto de las áreas de los laboratorios de anatomía.
Manifestó que parte de su motivación para llevar a cabo los trabajos de remozamiento, se debió a que no podía concebir las condiciones de precariedad en las que profesores y estudiantes impartían y recibían docencia en el Instituto de Anatomía, por lo que asumió el reto de intervenir todas las áreas de dicho Instituto.
La rectora terminó su intervención asumiendo a la UASD como el tesoro más grande que posee la República Dominicana, la cual sigue siendo faro de luz de la educación superior del país, y la esperanza de los jóvenes dominicanos, que no pueden ver sus sueños realizados de otra forma que no sea siendo acogidos por la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
La doctora Rosel Fernández, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, agradeció a la rectora el empeño puesto para lograr la transformación que hoy exhibe este espacio físico.
El doctor Ángel Alfonso Taveras, coordinador de la Cátedra de Anatomía, agradeció también a la rectora por haber hecho suyas las preocupaciones de los profesores del área, quienes debido a las condiciones en que se encontraba el citado anfiteatro se veían limitados a la hora de impartir docencia en ese lugar.