Tokio, Japón – En un momento histórico para la política japonesa, Sanae Takaichi fue elegida como nueva presidenta del Partido Liberal Democrático (LDP) el sábado 4 de octubre de 2025, en una votación interna que la posiciona como favorita para convertirse en la primera mujer primera ministra de Japón.
Takaichi, de 64 años, derrotó al ministro de Agricultura Shinjirō Koizumi en una segunda vuelta, obteniendo 185 votos frente a 156 entre miembros del parlamento y delegados de prefecturas.
Por tradición política en Japón, quien asume la presidencia del LDP casi siempre se convierte en primer ministro, dado que el partido ha dominado gran parte del poder ejecutivo durante décadas.
Un partido en crisis heredada
Takaichi asume el liderazgo en un momento delicado para el LDP. En los últimos tiempos, el partido ha sufrido derrotas electorales y una caída en la confianza del público, exacerbada por la persistente inflación y escándalos políticos.
El primer ministro saliente, Shigeru Ishiba, anunció su renuncia luego de un corto mandato marcado por la pérdida de mayorías parlamentarias por parte de la coalición gobernante.
En su discurso tras la victoria, Takaichi advirtió que el verdadero trabajo comienza ahora, y subrayó la necesidad de reconstruir un LDP “más enérgico y vibrante”
Perfil político e ideológico
Sanae Takaichi ha sido figura destacada del ala conservadora del LDP, estrechamente alineada con la visión política del ex primer ministro Shinzo Abe.
Durante su carrera, ha ocupado varios cargos ministeriales, entre ellos el puesto de Ministra de Seguridad Económica.
En cuanto a políticas, se espera que mantenga una postura nacionalista: apoyo a reformas constitucionales, fortalecimiento de la defensa y reducción de la dependencia frente a China. Al mismo tiempo, ha enfatizado la alianza con Estados Unidos.
Su estilo no está exento de críticas: si bien podría impulsar una mayor presencia femenina en su gabinete, también ha sido criticada por oponerse en el pasado a reformas como permitir que las mujeres retengan sus apellidos al casarse o autorizar una mujer como emperadora.
Desafíos inmediatos
1. Confirmación en el parlamento. Se espera que Takaichi sea oficialmente nombrada primera ministra hacia mediados de octubre, en una votación parlamentaria.
2. Recuperar la confianza ciudadana. El LDP necesita remontar su desaceleración política y reconectar con los votantes, especialmente jóvenes.
3. Reformas estructurales. Japón afronta retos demográficos, alta deuda pública, una economía que sufre por la inflación, una población envejecida y una fiscalidad rígida.
4. Diplomacia regional. Sus posiciones nacionalistas podrían tensar relaciones con China, Corea del Sur y otros vecinos. Su iniciativa de fortalecer la alianza con EE. UU. será clave.
5. Expectativas de género vs. realidad política. Aunque su elección es simbólica como primera mujer en liderar el partido y posiblemente el gobierno, muchos observadores advierten que su agenda puede no traducirse en políticas progresistas respecto a igualdad de género.
Conclusión
La elección de Sanae Takaichi marca un hito simbólico en la historia política japonesa: la posibilidad real de tener una primera ministra mujer. Pero más allá del simbolismo, es un momento de tensión para el partido gobernante y para Japón en su conjunto. Takaichi asume en medio de crisis políticas, expectativas elevadas y desafíos estructurales profundos. Si logra liderar con prudencia y equilibrio, podría redefinir el rumbo político del país.