Con un despliegue de talento y creatividad, la maestra Alina Abreu cerró el 2024 con la presentación del ballet «Sueño de una noche de verano» en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito.
Inspirada en la célebre obra de William Shakespeare y con más de 100 artistas en escena, la producción transportó al público a un mundo mágico donde la danza y el amor convergen en una celebración de emociones.
La puesta en escena, acompañada por la música de Félix Mendelssohn interpretada en vivo por 45 músicos dirigidos por Junior Basurto Lomba, deslumbró al público. Fidel López diseñó un escenografía que evocó un bosque encantado en la antigua Grecia, habitado por polillas, mariposas y otras criaturas fantásticas que parecían danzar en un eterno festejo. Este universo se complementó con el coro lírico liderado por la soprano Paola González, cuya interpretación añadió una dimensión celestial a las escenas.
La magia de la coreografía
Abreu adaptó su versión del ballet inspirándose en The Dream de Frederik Ashton, fusionando la técnica clásica con una narrativa que hace tangible lo intangible: el amor en todas sus facetas. Durante 1 hora y 40 minutos, los bailarines encarnaron sentimientos como ternura, pasión y desilusión, comunicados a través de una impecable técnica y una expresividad corporal conmovedora.
Los protagonistas Solieh Samudio (Oberón) y Demi Issa (Titania) destacaron por su presencia escénica y precisión técnica. Junto a ellos, Grace Batista (Hermia), Ednis Mallol (Lisandro), Carmen Arredondo (Helena) y Pedro Pablo Martínez (Demetrio) dieron vida a los amantes enredados en un conflicto mágico, mientras Eliosmayquer Orozco (Puck) y JJ Sánchez (Bottom) aportaron un toque de humor y ligereza.
Un tributo personal y artístico
La producción fue dedicada a Magaly Rodríguez, madre de Alina Abreu y responsable del diseño del vestuario, quien aportó su talento para crear el universo visual que habitaban los personajes. En el programa de mano, Abreu expresó: «Mi objetivo ha sido capturar no solo la esencia del texto original de Shakespeare, sino también explorar cómo el movimiento comunica lo que las palabras no pueden».
Una obra atemporal
Basada en la obra teatral de 1595, «Sueño de una noche de verano» entrelaza tres tramas: el conflicto entre Oberón y Titania, las complicaciones amorosas de dos parejas humanas y las cómicas intervenciones de un grupo de actores aficionados. La magia de una flor encantada desata el caos y el amor, elementos que, bajo la dirección de Abreu, se transforman en una danza visual de emociones.
Con esta producción, Alina Abreu reafirma su posición como una de las figuras más influyentes de la danza clásica en República Dominicana, regalando al público un espectáculo que quedará en la memoria colectiva como una celebración del amor, el arte y la belleza del ballet.